Los pacientes, tanto niños como adultos, con cardiopatías congénitas evitan en muchas ocasiones el ejercicio físico por temor a un agravamiento de su condición. Sin embargo, como establece la Asociación Americana del Corazón (AHA) en un comunicado publicado en la revista Circulation, “las personas nacidas con una cardiopatía también necesitan realizar ejercicio físico”.

Más de 859.000 niños y 850.000 adultos estadounidenses presentan una cardiopatía congénita, esto es, un problema estructural en sus corazones en el momento del nacimiento. Y como recuerda la AHA, “es cierto que algunas de estas condiciones caracterizadas por un latido irregular del corazón pueden requerir una restricción de la actividad física; sin embargo, para la mayoría de los pacientes esta actividad física es ilimitada”.

Beneficios físicos, psicológicos y sociales

Por ello, la AHA establece claramente que “el ejercicio físico debe ser claramente promovido en la mayoría de estos pacientes”.

Y es que si bien la mayoría de pacientes con cardiopatías congénitas son relativamente sedentarios, «los beneficios físicos, psicológicos y sociales de la actividad física son importantes por esta población en riesgo por ausencia de ejercicio, obesidad y otras enfermedades”.

Sea como fuere, la recomendación para la promoción del ejercicio en este colectivo de pacientes se basa en las recomendaciones generales, y por tanto inespecíficas, sobre la actividad física para la población general. Y es que como reconoce la propia AHA, “a día de hoy se ha realizado un número limitado de estudios sobre actividad física en el colectivo de pacientes con cardiopatías congénitas”.

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