Jorge Ulnik

Los pacientes con psoriasis padecen entre 3 y 5 veces más alteraciones psicosociales –entre otras, autorrechazo, depresión, inhibición social, negatividad o la justificación permanente– que la población no afectada por la enfermedad. Y es que, tal y como ha explicado el psicoanalista Jorge Ulnik en el marco de la jornada ‘Psoriasis, lo esencial es invisible’ organizada por Acción Psoriasis, miembro de Somos Pacientes, con la colaboración del Grupo Español de Dermatología Psiquiátrica (GEDEPSI) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y la compañía farmacéutica AbbVie, la psoriasis “reduce la calidad de vida de los pacientes hasta tal punto que, en muchas ocasiones, se puede equiparar con los efectos psicológicos que ocasionan enfermedades más graves, caso de la diabetes o de algunos tipos de cáncer”.

En torno a un 1,4% de la población de nuestro país padece psoriasis, enfermedad inflamatoria crónica que, recuerda Ulnik, “estigmatiza al paciente porque existe la idea de que puede contagiarse, una creencia que no es sino un mito producto del desconocimiento y de que se trate de una afección que afecta a algo tan directo y visible como la piel”.

Mitos y creencias

En su conferencia ‘Mitos, creencias y emociones relacionadas con la psoriasis’, Jorge Ulnik ha profundizado en algunas de los falsos mitos que, fruto de la falta de información, alberga la población en torno a esta enfermedad. Es el caso de la existencia de una cura universal, lo que provoca que “todos los pacientes –apunta Ulnik– busquen la cura milagrosa, cuando, en realidad, hay distintos niveles de tratamientos dependiendo de la gravedad y las diferentes localizaciones, por lo que le hace bien a un paciente puede no hacerle bien a otro”.

En el extremo contario debe aludirse a la creencia de que se trata de una enfermedad incurable, lo que conlleva a que algunos pacientes consideren que no merezca la pena seguir un tratamiento. Pero, como desmiente Ulnik, “la realidad es que las lesiones de la psoriasis pueden desparecer y si bien se trata de una cura momentánea, es una cura”.

‘No es un castigo’

A este respecto, Ulnik ha manifestado su rechazo a que los médicos hagan que los pacientes se sientan ‘afortunados’ por padecer psoriasis y no una enfermedad de mayor gravedad. No en vano, “esta postura lleva a pensar a los pacientes que ese es el peaje que tienen que pagar para no padecer una enfermedad peor o muestra la idea humana de que la enfermedad es un castigo, lo que puede favorecer la idea de no hacer nada para curarse”, lamenta el psicoanalista.

Y es que, como concluye Ulnik, “si bien tener una enfermedad de la piel es como tener un cartel en el que todo el mundo te dice lo que tienes que hacer, es bueno no verse afectado por lo que digan los demás; aunque, de igual manera, tampoco se debe ignorar la enfermedad, los pacientes deben buscar un equilibrio”.

– A día de hoy, Acción Psoriasis, asociación de pacientes dedicada a la psoriasis, es ya miembro activo de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?