El Congreso de los Diputados ha acogido la jornada ‘EICRc 360º’, organizada por la Asociación de pacientes de Linfoma, Mieloma, Leucemia y Síndromes Mieloproliferativos (AEAL). Un evento en el que se han reunido profesionales de la salud, políticos y gestores y, sobre todo pacientes de la enfermedad de injerto contra receptor crónica (EICRc), en el marco de su primer Día Mundial, que se celebra el 17 de febrero.
Según los datos presentados, prácticamente la mitad de las personas sometidas a un trasplante alogénico de médula ósea sufre esta patología, que surge porque el sistema inmunitario del paciente trasplantado ataca tejidos sanos de su cuerpo. A veces aparece de forma aguda e inmediata, pero al menos un 35% la padece de forma crónica a posteriori.
De hecho, es la causa más frecuente de morbimortalidad a largo plazo tras el trasplante (excluyendo recaídas de la enfermedad de base) con una tasa de mortalidad de un 25%. No obstante, solo una cuarta parte de la población conoce esta situación.
Documento de consenso
Por eso, se ha elaborado un documento de consenso: ‘EICRc 360º: Una visión multidisciplinar e innovadora de los desafíos y oportunidades del paciente con EICRc tras el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos‘. Este texto plantea la necesidad de cambiar el abordaje de esta patología, que tiene un impacto muy negativo en la calidad de vida de los pacientes.
«No se trata sólo de sobrevivir al proceso oncológico, también es importante poder tener una vida personal y profesional. En este punto la labor de las asociaciones de pacientes es fundamental, ya que ofrecen apoyo emocional y atención psicológica especializada», puntualizó Begoña Barragán, presidenta de AEAL.
El documento hace también hincapié en el desarrollo de biomarcadores diagnósticos, la mejora de la aproximación multidisciplinar y la estandarización del abordaje de los pacientes. «Pone de manifiesto la necesidad de contar con equipos diversos y con tratamientos innovadores que ayuden a mejorar la calidad de vida de los enfermos», comentó José Antonio Pérez Simón, jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) y coordinador del proyecto.
En su intervención, Pérez Simón explicó cómo funciona la EICR. En concreto, provoca que los linfocitos trasplantados destruyan tejidos en diferentes órganos del paciente: la piel, las mucosas, los ojos, las articulaciones, pulmones, intestinos, etc., con las complicaciones que ello conlleva.
Por eso, las unidades multidisciplinares cuentan con dermatólogos, oftalmólogos, neumólogos, fisioterapeutas, ginecólogos y hematólogos, entre otros especialistas. Algo que corroboró Jaime Sanz Caballer, coordinador en la Unidad de Trasplantes de Progenitores Hematopoyéticos del Hospital Politécnico y Universitario de La Fe. Según éste, «las unidades multidisciplinares han mejorado mucho en los últimos años, aunque sigue existiendo un déficit para tratar esta patología».
Un gap que, según el documento, debe corregirse para que España pueda mantenerse como referente no sólo en número de trasplantes realizados (casi 1.400 alogénicos de médula ósea de los más de 5.800 que se llevaron a cabo en 2023) sino también en avances en el abordaje y control de estos pacientes.
Si te perdiste esta jornada, es posible seguirla en diferido a través de la web del Congreso de los Diputados, en el siguiente enlace.