La presencia de variaciones específicas en los genes responsables del ritmo circadiano –el consabido ‘reloj biológico’– podrían incrementar el riesgo de cáncer de mama. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional de Salud Ocupacional de Oslo (Noruega) y publicado en la revista Breast Cancer Research, cuyos resultados explicarían el incremento de casos detectados en mujeres con turnos laborales nocturnos.
Concretamente, el estudio muestra cómo el efecto de los polimorfismos genéticos varía en función del número de noches trabajadas, por lo que en palabras del doctor Shanbeh Zienolddiny, director de la investigación, “entender los genes del reloj biológico y los procesos que lo controlan puede ser importante para conocer los mecanismos de riesgo del cáncer”.
De hecho, la relación entre los turnos de noche y el mayor riesgo de cáncer resulta tan sorprendente que la propia Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha llegado a clasificar los trabajos nocturnos como un posible carcinógeno.
Polimorfismos genéticos
Numerosas investigaciones han constatado que los trabajos nocturnos alteran el ritmo circadiano natural del organismo, lo que conlleva cambios en la producción de hormonas específicas como la melatonina, cuyo pico de producción tiene lugar, por lo general, durante la noche.
Ahora, el nuevo estudio llevado a cabo con enfermeras muestra que aquellas que tienen al menos seis turnos nocturnos consecutivos presentan, frente a aquellas que cumplen sus turnos durante el día, el doble de riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Analizados los genes relacionados con el ritmo circadiano de las enfermeras que cumplían turnos de noche y tenían mayor riesgo de cáncer de mama, los autores observaron la presencia de variaciones específicas en el gen ‘AANAT’, que codifica la serotonina N-acetiltransferasa –enzima implicada en la síntesis de la melatonina.
Por el contrario, también se identificaron variaciones genéticas relacionadas con una disminución del riesgo, concretamente en una variante específica del gen ‘CLOCK’, implicado en el control del ritmo circadiano, y del gen ‘BMAL1’ –cuya proteína se une a la producida por el gen ‘CLOCK’.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Breast Cancer Research’?
– A día de hoy, 18 asociaciones de pacientes dedicadas al cáncer de mama son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?