Bajo el lema ‘Un simple gesto puede cambiarte la vida. La hepatitis se puede tratar, se puede curar’, la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha puesto en marcha una campaña informativa para paliar el desconocimiento de la población en torno a las hepatitis, muy especialmente sobre las principales vías de contagio y métodos diagnósticos.
En nuestro país conviven en torno a 900.000 personas con hepatitis C, de las que más de 500.000 desconocen que padecen la enfermedad. Pacientes a los que, además, se suman los cerca de 300.000 casos de hepatitis B. Y como recuerda la AEEH, “son los dos tipos de hepatitis más prevalentes y peligrosas. Sin embargo se trata de patologías víricas que cursan sin síntomas y que son muy desconocidas entre la población”.
Por ello, y a través de esta iniciativa que se desarrollará fundamentalmente a través de 13.000 oficinas de farmacia, la AEEH quiere concienciar a los españoles, y muy especialmente a la población de riesgo, sobre la necesidad de que se realicen un análisis de sangre para saber si padecen hepatitis B o C.
Grupos de riesgo
Las formas más frecuentes de contagio de las hepatitis son el consumo de drogas –inyectadas o inhaladas– y las relaciones sexuales sin protección. Situaciones de riesgo a las que, en el caso específico de la hepatitis C, se suman las transfusiones sanguíneas realizadas antes de 1990 y, más recientemente, los piercing y los tatuajes.
En palabras del doctor José Luis Calleja, “se han detectado nuevos casos de hepatitis C en gente que se ha realizado algún piercing en centros no homologados. Además, otro colectivo que no es consciente de que puede padecer la enfermedad es el de los nacidos entre 1945 y 1965, por lo que es recomendable que quienes ahora tienen entre 48 y 68 años se hagan una analítica”.
Finalmente, y por lo que refiere a la hepatitis B, las personas cuyas madres están infectadas por el virus o aquellas que proceden de algún país en el que la prevalencia de la enfermedad es elevada –fundamentalmente de Asia, el África subsahariana o Europa del Este– constituyen los principales grupos de riesgo.
Pandemia, que no epidemia
Como alerta el Dr. Xavier Forns, consultor del Servicio de Hepatología del Hospital Clínic Universitari de Barcelona y miembro de la AEEH, “la hepatitis es una enfermedad que, en la mayoría de los casos, cursa sin síntomas hasta que no se encuentra en un estado avanzado. Esto provoca que en numerosas ocasiones el diagnóstico no se realice hasta en fases tardías, incluso cuando el paciente ya ha desarrollado cirrosis. Todo ello sin olvidar que, dada la carencia de síntomas y el desconocimiento de la enfermedad, mucha gente desconoce que padece hepatitis, lo que inevitablemente provoca que se den más situaciones de contagio”.
Además, las estimaciones hablan de un incremento considerable de la incidencia de la hepatitis C entre 2020 y 2030, por lo que, como apunta José Ángel Sánchez Gómez, coordinador del Grupo de Hepatitis C de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), miembro de Somos Pacientes, “la enfermedad no es una epidemia, sino una pandemia. Por ello, no deben ignorarse los casos detectados ni los que van a venir, requiriéndose mejoras para su detección precoz y la incorporación de nuevos tratamientos”.
– A día de hoy, la Associació Catalana de Malalts d’Hepatitis (ASSCAT) y la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos, asociaciones de pacientes dedicada a las enfermedades del hígado, ya son miembros de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?