El 26 de marzo se celebra el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, una enfermedad que se diagnostica a más de 30.000 mujeres en Europa cada año, y que provoca la muerte de unas 13.500, de las cuales 700 están en España. Se calcula que cerca del 95% de los casos están asociados al virus del papiloma humano (VPH), que desde hace casi 20 años puede prevenirse gracias a la vacunación a partir de los 12 años, que ya está pautada en toda España tanto para niñas como para niños por su alta eficacia.
Porque no sólo es útil frente al cáncer de cérvix, sino también frente al de vulva, pene, vagina, ano, recto y orofaringe. Teniendo esto en cuenta, así como las grandes desigualdades que se dan en Europa en cuanto a las tasas de vacunación, desde la Comisión Europea se lanzó recientemente un documento con recomendaciones para que los Estados miembros mejoren sus porcentajes en cuanto a prevención y diagnóstico. El objetivo: llegar a tasas del 90% de vacunación y ampliar así la inmunización.
En esta línea trabaja también la Asociación Española de Vacunología, desde donde se recuerda a través de un manifiesto que facilitar el acceso a vacunas como la del VPH ayuda a disminuir las desigualdades en salud. Y también que, en un mundo globalizado como el nuestro, es importante que la gran mayoría de las personas estén vacunadas.
“En la era actual las enfermedades transmisibles prevenibles por vacunación pueden propagarse de un país a otro con facilidad. Por lo tanto, mantener una cobertura vacunal adecuada en cada país nos beneficia a todos”, explica el documento. De hecho, desde su punto de vista, las políticas públicas y estrategias de vacunación deberían ir más allá de lo local, regional y nacional, y ser pensadas de manera mundial, empleando para ello indicadores de tipo social.
Cribado y tratamiento contra el cáncer
Por otra parte, especialistas del Hospital Universitario La Luz recuerdan que, a parte de la vacunación, el cribado y el tratamiento de lesiones precancerosas es esencial para prevenir el cáncer de cuello uterino, así como promover estilos de vida saludables en los que se incluyen educación y buenos hábitos sexuales.
“El VPH se transmite exclusivamente por vía sexual y el inicio de las relaciones a edad temprana o las múltiples parejas sexuales aumenta el riesgo propio de padecerlo y también de transmitirlo a la pareja. Por eso entre los métodos de prevención encontramos también los anticonceptivos de barrera como el preservativo”, comenta Sara Cristina González, del servicio de Oncología Médica
Según ésta, es importante estar alerta a los síntomas: sangrados vaginales irregulares, frecuentemente tras las relaciones sexuales, así como dolor en la región pélvica durante éstas y posteriormente. “La citología cervicovaginal y la prueba de detección del VPH son los métodos de cribado más extendidos, que todas las mujeres deben incluir en sus calendarios de salud”, indica.
Raquel Fernández, responsable de la Unidad de Cirugía Oncológica Ginecológica del mismo centro hospitalario explica que hay 200 variantes distintas del VPH, de las cuales unas 15 se consideran de alto riesgo por ser las que provocan cáncer. Por otra parte, explica que hábitos perjudiciales como fumar, la falta de actividad física o el sobrepeso pueden influir en el sistema inmune y disminuir las posibilidades de eliminar el virus de forma espontánea.