Las hormonas tiroideas regulan todo en el organismo menos el bazo, por lo que son muy importantes en la regulación biológica del organismo, ayudando a nuestro cuerpo en la utilización que hace de la energía, manteniendo la temperatura corporal y haciendo que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen normalmente.

Sin hormonas tiroideas el cuerpo no funcionaría correctamente y podría provocar entre otros síntomas la falta de energía, cansancio, aumento de peso, aumento de sensibilidad al frío, depresión, estreñimiento, periodos irregulares de menstruación.

Cuando el tratamiento es el correcto todos estos síntomas desaparecen y podemos llevar una vida normal. Por tanto es muy importante que nuestro tratamiento sea el adecuado manteniendo los valores óptimos de hormonas en sangre.

El tratamiento con hormona tiroidea busca la optimización según el objetivo terapéutico buscado por el médico, y podemos hablar de tratamiento de sustitución o bien de tratamiento de supresión.

En el caso que el paciente reciba la hormona tiroidea únicamente para sustituir la función de la glándula tiroides que ha sido extirpada, como por ejemplo en casos de bajo riesgo de persistencia de enfermedad del cáncer diferenciado de tiroides, hablaríamos de una terapia de sustitución con hormona tiroidea.

El tratamiento también será sustitutivo en los tipos de cáncer de tiroides indiferenciado, cáncer medular, hipotiroidismo primario sin bocio, en casos de riesgo cardiovascular, cardiopatías o edad avanzada.

En los casos de pacientes con cáncer de tiroides diferenciado y con alto riesgo, cuando existe evidencia de que haya persistencia de enfermedad, se busca mantener al paciente con unos valores de TSH bajos y es cuando hablamos de una terapia de supresión hormonal.

Entrarían también en este grupo de terapia de supresión hormonal los pacientes con depresión, trastorno bipolar, hipotiroidismo primario con bocio o bocio autoinmune y en otros casos.

En el siguiente video el endocrinólogo Dr Sánchez Franco nos aclara estos conceptos y los factores que afectan a la dosis óptima según el objetivo terapéutico buscado, y nos explica los valores mínimos y máximos de las hormonas tiroideas, entre ellas la TSH y T4.

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Por tanto es importante entender que la optimización que busca nuestro endocrinólogo con el tratamiento con hormona tiroidea en pacientes sin tiroides, que pasan o han pasado por un cáncer diferenciado de tiroides, es normal que puedan variar en el tiempo.

El endocrinólogo podrá por tanto, atendiendo a más de 20 parámetros personalizados, aumentar o disminuir la dosis diaria que tomamos de levotiroxina. Esto puede responder simplemente a que nos alejamos de nuestro valor óptimo en el caso de que el tratamiento sea sustitutivo, o bien podría responder a que existe persistencia de la enfermedad, en el caso del cáncer diferenciado de tiroides, y que ha variado el riesgo de recurrencia de la enfermedad en el paciente.