La enfermedad de Parkinson se corresponde con la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente –afecta a cerca de 1,2 millones de ciudadanos europeos, de los que en torno a 150.000 son españoles–. Y a día de hoy, según destacan numerosos expertos, se presenta asimismo como la enfermedad neurodegenerativa que ofrece mayores perspectivas y esperanzas.
Como explica la doctora María Trinidad Herrero Ezquerro, responsable del Grupo de Investigación de Neurología y Neurocirugía Experimental de la Universidad de Murcia (UM), “la enfermedad de Parkinson fue la primera enfermedad neurodegenerativa de la que se supo su causa, esto es, la muerte de las neuronas dopaminérgicas, y la primera en obtener tratamiento, si bien se trata de un tratamiento exclusivamente paliativo”.
Así, las actuales y numerosas líneas de investigación en la enfermedad de Parkinson tienen por objetivo no solo detener la evolución de la enfermedad, sino también restablecer la función perdida e, incluso, prevenir su aparición. Unas metas hasta hace poco impensables que, como explica el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) de Estados Unidos, “son totalmente realistas ya que, si bien el objetivo final, prevenir la enfermedad de Parkinson, puede llevar años, los investigadores están haciendo grandes progresos para entender y tratar la patología”.
Prevención y diagnóstico
Por lo que respecta a la prevención –y diagnóstico–, cabe destacar los estudios con tomografía con emisión de positrones (PET), técnica que permite realizar ecografías del cerebro y observar los posibles cambios en la actividad de dopamina –la enfermedad se causa por la pérdida de las neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra del cerebro, por lo que el descenso en la actividad de la dopamina constituye un signo de aparición de la enfermedad.
Asimismo, también se están llevando a cabo numerosos estudios genéticos para identificar los genes ligados a la enfermedad y, de esta manera, tratar de identificar a la población en mayor riesgo de desarrollar la patología.
Tratamiento de la enfermedad de Parkinson
En el caso del tratamiento, y además de los estudios con distintos medicamentos –básicamente con levodopa y fármacos dopaminérgicos–, los investigadores están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar posibles terapias que, como las quirúrgicas –principalmente la estimulación cerebral profunda (DBS)–, pueden paliar la evolución de la enfermedad.
También hay diferentes líneas de investigación con factores de crecimiento nervioso –los denominados factores neurotróficos–, dirigidos a potenciar el crecimiento y desarrollo de las células cerebrales para así, no ya solo retrasar la evolución, sino incluso revertir la enfermedad. Un objetivo, asimismo, que también persigue la implantación de células para reemplazar las perdidas por la enfermedad –caso de los implantes de tejidos fetales en los pacientes con Parkinson, cuyos estudios se vienen desarrollando desde principios de la década de los noventa.
En este contexto, el enfoque más novedoso viene constituido por las investigaciones con vacunas para modificar el sistema inmunitario de manera que pueda proteger a las neuronas productoras de dopamina; y sobre todo, con células madre –tanto de embriones como de adultos–, que parten de la premisa de que la materia blanca del cerebro contiene células progenitoras multipotentes –es decir, células madre– que pueden multiplicarse y formar todos los tipos celulares principales del cerebro, incluso neuronas.
Finalmente, y entre otros muchos campos de investigación, deben referirse los estudios dirigidos a evaluar los tratamientos para mejorar los síntomas secundarios de la enfermedad de Parkinson –como la depresión y los trastornos de la deglución– o el uso de los suplementos dietéticos, caso de la vitamina B2, para retrasar la evolución de la enfermedad. Y es que, si bien en la actualidad aún no existen evidencias sobre el posible beneficio de estos, un estudio publicado en 2005 mostró que la restricción de calorías en la dieta no solo ayuda a incrementar los niveles anormalmente bajos de un neurotransmisor clave –glutamato– durante las primeras fases de la enfermedad, sino que también influye sobre la actividad de la dopamina en el cerebro.
Mientras, este jueves se celebra, bajo el lema ‘¡Rompe los mitos del Parkinson!’, el Día Mundial del Parkinson, una efeméride instituida en 1997 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de informar y sensibilizar a la población sobre la situación y necesidades de los pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson y sus familiares.
– A día de hoy, 24 asociaciones de pacientes dedicadas a la enfermedad de Parkinson son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?