La discusión sobre si el cambio de hora perjudica a la salud no es nueva. Efectivamente, ya desde que la mayor parte de los países desarrollados instauraron esta práctica hace varias décadas, la polémica sobre los posibles efectos perjudiciales para la salud se ha producido cada año.
El cuerpo humano realiza muchas de sus funciones biológicas de manera que se repiten periódicamente con una regularidad de 24 horas. El sentido de tal periodicidad es que el conjunto de las funciones fisiológicas (hormonas, temperatura, inmunidad, etc.) puedan producirse de manera coordinada, de tal manera que por ejemplo, mientras estemos dormidos no se produzcan picos de secreción de algunas hormonas que pueden despertarnos, etc.
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