En el ámbito de las enfermedades crónicas, el enfoque sanitario tradicional está evolucionando hacia una comprensión más holística de la afección. Esta tendencia supone reconocer, cada vez más, que el tratamiento efectivo de enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la obesidad no puede limitarse únicamente a intervenciones fisiológicas. Es en este escenario donde cobra una relevancia fundamental el papel del abordaje psicológico.
«El abordaje psicológico es una parte crucial del tratamiento, pero actualmente es más teórico que práctico debido a la escasez de recursos», lamenta Iñaki Lorente, psicólogo especializado en diabetes, en este vídeo para SOMOS PACIENTES.
El experto enfatiza la importancia de dotar a los servicios sanitarios de los recursos necesarios para integrar adecuadamente al psicólogo en las estructuras de atención sanitaria. En este sentido, destaca la necesidad de brindar una atención personalizada a la persona que convive con una enfermedad crónica, un reto que plantea considerar que las necesidades emocionales y sociales pueden variar significativamente incluso según el tipo de enfermedad crónica. «El psicólogo debe adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente, ya sea un paciente oncológico, diabético, hipertenso u obeso», apunta.
Iñaki Lorente resalta el papel esencial del psicólogo en la prevención de posibles trastornos derivados de la patología , así como en el apoyo emocional y social necesario para afrontar el curso de la enfermedad. Porque, como señala, ocurre que, “cuando se diagnostica una patología crónica, la responsabilidad pasa a ser parte de la vida del paciente, es decir, este debe responsabilizarse de su tratamiento”; sin embargo, se le atribuye esta responsabilidad sin la debida formación ni el acompañamiento necesario.