El desayuno se identifica, por lo general, con la comida más importante del día. De hecho, las personas que se saltan regularmente el desayuno tienen un riesgo hasta un 27% mayor de desarrollar cardiopatía isquémica. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de  la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard(Estados Unidos) y publicado en la revista Circulation,  órgano oficial de la Asociación Americana del Corazón (AHA).

Para  la doctora Lea E. Cahill, investigadora principal del estudio, «saltarse el desayuno puede conducir a uno o más factores de riesgo, como obesidad, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y diabetes, lo que a su vez conlleva un mayor riesgo de desarrollar cardiopatía isquémica o sufrir un infarto de miocardio«.

Dieta y ECV

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron los hábitos alimenticios –incluido el desayuno– de 26.902 profesionales sanitarios varones con edades comprendidas entre los 45 y los 82 años y sin diagnóstico de enfermedad cardiovascular o cáncer. Durante los 16 años de seguimiento, 1.527 participantes fueron diagnosticados de cardiopatía isquémica.

Los resultados mostraron que los participantes que se saltaban el desayuno tenían un riesgo un 27% superior de desarrollar cardiopatía isquémica. Por ello, incide la doctora Cahill, «la población no debe saltarse el desayuno, dado que tomarlo se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular; además, incorporar muchos tipos de alimentos saludables al desayuno es una manera fácil de asegurarse que su comida le proporciona la energía adecuada y un equilibrio saludable de nutrientes, como proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales».

Es más; los participantes que tomaban una comida durante la madrugada mostraban un riesgo hasta un 55% superior de padecer cardiopatía isquémica. Riesgo que, sin embargo, no se vio afectado por el hecho de comer varias comidas al día.

En este contexto, debe tenerse en cuenta que la totalidad de los participantes eran varones. Sin embargo, y si bien debe confirmarse por medio de nuevos estudios, debe esperarse que la relación entre el desayuno –y entre las comidas de madrugada– y la cardiopatía isquémica resulte similar en la población femenina.

Como concluye el doctor Eric Rimm, co-autor de la investigación, «nuestro grupo de estudio ha pasado décadas estudiando los efectos de la calidad y la composición de la dieta, y ahora esta nueva información también sugiere que, en general, los hábitos alimentarios pueden ser importantes para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular».

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Circulation’?

– A día de hoy, 3 asociaciones de pacientes dedicadas a la cardiopatía isquémica son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?