Cuidar la salud bucal es crucial en todas las etapas vitales del ser humano, desde el periodo gestacional y hasta los momentos más avanzados de la vida. Y es que, una mejor salud de la boca no sólo se asocia a una mayor calidad de vida. También favorece una mejora significativa de otros parámetros que van más allá de la cavidad oral. “Sabemos que lo que sucede en nuestra boca impacta en todo el organismo y que, gracias a la prevención, es posible evitar 9 de cada 10 problemas bucodentales en las personas”.
Así se ha puesto de relieve en el VII Simposio Dentaid-Sepa en Madrid, que ha acogido a cerca de 8.000 profesionales. En este encuentro se han puesto al día evidencias, tendencias y opiniones de expertos sobre el abordaje de la salud bucal a lo largo de la vida. En el Simposio se ha contado con la participación de la ministra de Sanidad, Mónica García, quien ha reconocido que el Ministerio de Sanidad está trabajando en la puesta en marcha de una serie de medidas encaminadas a incorporar más prestaciones de salud bucodental como parte de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.
La salud bucal en edades avanzadas
El elenco de expertos participantes ha puesto de manifiesto que en todas las etapas de la vida es crucial un óptimo cuidado bucal. Sin embargo, en edades avanzadas es donde se evidencia una relación más estrecha entre la salud bucal y general, con importantes consecuencias en la calidad de vida. Y es que, al aumentar la edad de la población, se incrementa la posibilidad de tener alguna limitación o alguna enfermedad crónica, siendo más frecuente la pluripatología y elevándose el riesgo de mayor afectación debida al paso del tiempo.
Según ha recordado Lorenzo de Arriba, estomatólogo y profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid, “la salud bucal influye en la calidad de vida de los mayores afectando incluso a su autoestima”. Asimismo, ha resaltado que “un envejecimiento saludable favorece la longevidad, por este motivo es importante cambiar la conciencia social no solamente en las necesidades sino también en los derechos de la población”.
En la población de edad avanzada, las patologías bucales más frecuentes son las infecciones, especialmente las enfermedades periodontales, pero también hay una alta prevalencia de patologías relacionadas con la disfunción salival y tumores. La caries, una mayor predisposición a sufrir otras infecciones oportunistas y el edentulismo son también trastornos frecuentes en este grupo de personas. Cobra especial relevancia la prevención para evitar la caries y la pérdida de dientes debido a la enfermedad periodontal. “Los cuidados no deben hacerse sólo por estética”, como ha aclarado Cristina Navarro, higienista dental con dedicación exclusiva a la Periodoncia e Implantes; así, por ejemplo, el edentulismo, puede afectar a la hora de llevar una alimentación adecuada, imposibilitando la correcta masticación de los alimentos y, por tanto, produciendo otros problemas a nivel sistémico.
Por todo ello, se ha demandado mayor accesibilidad de las personas mayores a una atención odontológica de calidad. Esta petición no solo se restringe a aspectos formales, burocráticos y de gestión. También abarca aquellos que incluyan la cercanía de estos servicios; y también se ha exigido la presencia de un dentista y una higienista en los centros geriátricos. Incluso, se ha sugerido que, dado que se trata de una población frecuentemente usuaria de diversos servicios sanitarios, “ésta puede ser una oportunidad para implementar medidas preventivas como pueden ser los cuidados de higiene bucal o consejos nutricionales”, ha apostillado Lorenzo de Arriba.
Cuidar la salud bucal: cuanto antes, mejor
En el caso de la población juvenil y adolescente, se ha defendido la necesidad de desplegar estrategias que motiven realmente a los jóvenes para conseguir el cambio de hábitos nocivos para la salud bucodental. Y es que, los factores de riesgo asociados al inicio y desarrollo de la mayoría de las enfermedades bucales están asociados con el estilo de vida (consumo de tabaco, mal control de placa, hábitos alimenticios o sedentarismo, entre otros). Al ser un estilo de vida, todos son modificables para prevenir las enfermedades. En concreto, se han señalado los riesgos para la salud bucal que supone el tabaco, así como los derivados de la presencia de piercings o de alteraciones del comportamiento alimentario.
En general, para beneficiar la salud oral y general del niño y adolescente, “debemos intentar sentar las bases concretas de una correcta motivación, supervisión y control periódico de los menores que los responsables tengan a su cargo”, recomienda Paloma Planells, profesora Titular de Odontopediatría de la Universidad Complutense de Madrid. Esta experta también ha hecho hincapié en que una buena salud de la dentición temporal en niños conlleva una buena salud de la dentición permanente en adolescentes.
Para asegurar este objetivo, hay que combatir dos grandes amenazas: los traumatismos dentales y la caries. Los traumatismos dentales en niños son difíciles de prevenir, pero existen protocolos validados para su manejo, con recomendaciones claras para padres y cuidadores, y con guías clínicas para el dentista. En cuanto a la caries, los expertos coinciden en señalar que se puede prevenir, pero sigue siendo la patología más frecuente en la etapa infantil. Para limitar su impacto resulta crucial atender a tres factores clave: el control de placa, el uso de flúor y el consumo de azúcar.
Y también durante el embarazo es crucial el cuidado de la salud bucal. Una deficiente salud periodontal de la madre se asocia con un bajo peso al nacer del feto o con un mayor riesgo de tener un parto prematuro (en nuestro país del 10 al 15% de los niños nacen prematuramente). Partiendo de esta realidad, se ha aconsejado realizar una historia clínica muy detallada de los niños, incluyendo las condiciones en las que ha nacido el niño y sus datos neonatales, ya que esto tiene una influencia clara en la patología bucal que pueden padecer en el futuro estos niños; y es que, “conociendo las circunstancias que rodean al momento del nacimiento de cada paciente, se puede contribuir a mejorar de forma individual los parámetros orales afectados por un nacimiento prematuro, incrementando la calidad de vida futura de estos niños, a través de su salud oral”, ha asegurado la Prof. Planells.