Un estudio realizado por investigadores de Weill Cornell Medicine y NewYork-Presbyterian (Estados Unidos) señala que vacunar a las madres contra el virus respiratorio sincitial (VRS) durante el final del embarazo para proteger a sus recién nacidos no está asociado con un mayor riesgo de parto prematuro u otros resultados adversos. Los bebés son particularmente vulnerables al virus, que puede causar una enfermedad grave de las vías respiratorias inferiores.
El estudio publicado en ‘JAMA Network Open’ añade evidencia real a los datos existentes de ensayos clínicos sobre la seguridad de la vacuna ‘Abrysvo’ de Pfizer. Los investigadores descubrieron que no había una diferencia estadísticamente significativa en las tasas de nacimientos prematuros entre las mujeres vacunadas (5,9 por ciento) y las mujeres no vacunadas (6,7 por ciento).
«La evidencia del mundo real proporciona una capa adicional de confianza sobre la seguridad de esta vacuna durante el embarazo», afirma la autora principal del estudio, Moeun Son , profesora asociada de Obstetricia y Ginecología en Weill Cornell Medicine. «Los ensayos clínicos aleatorios no siempre emulan las poblaciones que vemos en el entorno clínico, pero ahora tenemos datos de múltiples poblaciones que no muestran un aumento en el riesgo de parto prematuro», añade.
Vacuna entre las semanas 32 y 36 de embarazo
La autora principal del estudio es la doctora Heather Lipkind , profesora de obstetricia y ginecología y directora de Medicina Clínica Materno-Fetal en Weill Cornell Medicine y ginecóloga-obstetra en NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, cada año las infecciones por VRS causan hasta 80.000 hospitalizaciones y hasta 300 muertes en niños menores de cinco años. El otoño pasado, por primera vez, las madres pudieron reducir este riesgo: en agosto de 2023, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó la vacuna Abrysvo para mujeres de entre 32 y 36 semanas de embarazo basándose en los resultados de ensayos clínicos.
Un mes después, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC recomendó la vacuna para las mujeres embarazadas que reúnan los requisitos durante la temporada de VRS, de septiembre a fines de enero. La inyección de dosis única estimula la producción de anticuerpos protectores que se transfieren de la madre al bebé a través de la placenta.
Investigación para descartar riesgos
Para estudiar más a fondo la seguridad de la vacuna en la práctica real, la doctora y su equipo analizaron los resultados del embarazo en 1.026 pacientes vacunadas y 1.947 no vacunadas que recibieron atención en el NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center y el NewYork-Presbyterian Lower Manhattan Hospital durante el primer año en que las vacunas estuvieron disponibles. Todos los datos de las pacientes fueron anónimos para proteger la privacidad.
Además de la tasa de nacimientos prematuros, el equipo evaluó otros riesgos al nacer en mujeres embarazadas vacunadas y no vacunadas. Los dos grupos tuvieron tasas similares de mortinatos, peso pequeño para la edad gestacional al nacer, ingresos a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), dificultad respiratoria en los ingresos a la UCIN, ictericia, niveles bajos de azúcar en sangre y sepsis entre los recién nacidos.
Los datos son especialmente tranquilizadores porque incluyen a algunas mujeres con problemas de salud que podrían aumentar los riesgos de malos resultados del embarazo y que fueron excluidas del ensayo clínico de la vacuna. «Los pacientes y los médicos pueden estar seguros de que la vacunación durante el embarazo es una forma segura de proteger a los bebés de las dañinas infecciones por VRS», destaca Son.
Para verificar sus resultados, la doctora Son y su equipo realizaron tres análisis separados utilizando diferentes métodos estadísticos. En uno de los tres análisis, encontraron un riesgo ligeramente mayor de hipertensión arterial durante el embarazo en las mujeres vacunadas. Sin embargo, todavía se está determinando si la diferencia en ese análisis refleja una preocupación genuina o es el resultado del azar o de diferencias entre los dos grupos de mujeres. Por ejemplo, las mujeres vacunadas tenían más probabilidades de tener seguro o de haberse sometido a fertilización in vitro. «Seguiremos explorando estas cuestiones en estudios futuros», afirma la doctora Son.
El estudio también mostró que los dos hospitales de la ciudad de Nueva York vacunaron al 35 por ciento de las mujeres embarazadas bajo su cuidado, lo que es casi el doble del promedio nacional del 18 por ciento. «Tuvimos disponibilidad in situ de la vacuna contra el VRS en la mayoría de nuestras clínicas ambulatorias prenatales, lo que creemos que aumentó las tasas de vacunación», relata Son.
Sin embargo, los investigadores identificaron algunas disparidades en las tasas de vacunación. Las mujeres negras, las que contaban con seguro público y las que tenían menos visitas prenatales tenían menos probabilidades de vacunarse.
«Mientras nos preparamos para la próxima temporada de vacunación contra el VSR en septiembre, vamos a hablar con diferentes comunidades para ayudar a entender qué podría causar dudas sobre la vacuna entre las mujeres o crear barreras para el acceso», puntualiza la doctora Son. «Queremos asegurarnos de que todos los que se beneficiarían reciban la vacuna».