En la actualidad, las enfermedades crónicas suponen la principal demanda sanitaria. Motivan el 80 por ciento de las consultas a Atención Primaria y el 60 por ciento de los ingresos hospitalarios, y son el mayor reto asistencial por su coste sanitario imparable, que alcanza al 70 por ciento del presupuesto sanitario, en gran parte, debido a las descompensaciones de dichas patologías y a la necesidad de hospitalizaciones reiteradas. En muchas ocasiones el paciente mayor comparte diversas enfermedades crónicas, es tratado con múltiples fármacos y atendido por múltiples especialistas no coordinados entre sí. La consecuencia es que los actos sanitarios se incrementan de forma importante y crece la insatisfacción y el desconcierto de los pacientes. Tal es así, que se ha señalado que si no se realiza una gestión mucho más eficiente de la cronicidad, estará en peligro la sostenibilidad del sistema.

Para revertir esta situación es necesario un replanteamiento del abordaje de las enfermedades crónicas. En este contexto y para dar a conocer las necesidades y estrategias que permitan afrontar y dar respuesta a los retos que plantea la cronicidad, del 8 al 10 de marzo, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), junto con la Consejería de Sanidad Valenciana, el patrocinio de ESTEVE y la colaboración de MSD, Carburos Médica, Sanofi y Telefónica celebran en Alicante el IV Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico. Bajo el lema, «Nuevos Equipos, Nuevas Competencias, Nuevas Alianzas», estas jornadas que se celebran con la colaboración de 17 sociedades científicas de todos los ámbitos profesionales relacionados con la enfermedad crónica en España, reúnen a internistas, médicos de familia, enfermeros, gestores, farmacéuticos, trabajadores sociales sanitarios y todos aquellos agentes implicados en la atención al paciente crónico.

Hasta ahora, el Sistema Nacional de Salud ha estado orientado a la solución de enfermedades agudas, tanto médicas o quirúrgicas, o bien limitadas en el tiempo. «Sin embargo -señala el doctor Javier García Alegría, presidente de la SEMI-  no está preparado para afrontar los retos asistenciales actuales, y esta situación se va a agravar en un futuro cercano, por las predicciones demográficas y su asociación al envejecimiento, la cronicidad y la polipatología». De hecho, entre un 15 y un 17 por ciento de los españoles son mayores de 65 años y se calcula que en torno al 2050 España será uno de los tres países del mundo con una proporción mayor de pacientes de edad avanzada, alrededor del 30 por ciento.

Para el doctor Josep Basora, presidente de semFYC, «es preciso impulsar el desarrollo, en las distintas comunidades autónomas, de Planes Integrales para la Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas en los que se promueva un sistema de atención basado en la integralidad, la continuidad de la atención y la intersectorialidad, reforzando el papel de un paciente informado y comprometido, que asume el protagonismo en el manejo de su enfermedad». Para ello, «debemos definir la orientación de la organización asistencial, el perfil de los profesionales que se necesitan y las competencias requeridas, fomentar el papel activo de los pacientes en el autocuidado, y aprovechar las posibilidades que ofrecen las tecnologías», señala la doctora Pilar Román, presidenta del Comité Científico del Congreso y vicepresidenta de la SEMI.

Precisamente en el marco de este Congreso, tal y como indica su lema, se van a analizar tanto las nuevas competencias que deben adquirir los profesionales médicos, como la necesidad de nuevos equipos y nuevas alianzas.

Modelos asistenciales

Existen diferentes modelos asistenciales que han demostrado mejores resultados en el manejo de los pacientes crónicos, entre los que destacan el Chronic Care Model o el Kaiser Permanente, y cuya implantación en los distintos servicios españoles será analizada por los expertos asistentes. Según subraya el doctor Domingo Orozco, presidente del Comité Organizador del Congreso y vicepresidente de semFYC, «estos modelos se caracterizan porque promueven un paciente más autónomo, más comprometido con el manejo de su enfermedad, más informado y un equipo de salud proactivo en la relación con el paciente».

Una asistencia «activa» supone que el paciente crónico sea el centro de la atención, sea conocido por el equipo responsable de su salud y que éste se adelante a las posibles descompensaciones para evitarlas o minimizarlas, evitando urgencias o ingresos hospitalarios, proporcionado una asistencia coordinada entre los distintos niveles asistenciales que eviten el peregrinaje del enfermo, las duplicidades, desinformación, etc. En este sentido, destaca el papel de la enfermería como eje fundamental en el seguimiento de estos pacientes.

Igualmente, a través del seguimiento activo del paciente y la historia clínica informatizada única compartida por todos los profesionales que atienden al paciente crónico, se evitarían la duplicidad de pruebas y las visitas ineficaces (España tiene la frecuentación en Atención Primaria más alta de Europa con 9 visitas/persona/año), y favorecería la interacción entre pacientes y profesionales.