Los cambios neurológicos que se producen en el cerebro de las personas que cuentan con un diagnóstico de alzhéimer alteran la calidad del descanso. Así, es habitual que estas personas sufran alteraciones del ciclo del sueño (durmiendo durante el día y despertándose por la noche), insomnio o sueño fragmentado. Estos cambios pueden afectar a la función cognitiva y el estado de ánimo del paciente, el cual podrá mostrar signos de irritabilidad, ansiedad o depresión, entre otros.
Contar con profesionales de la salud especializados en el manejo de trastornos del sueño en personas con alzhéimer es clave. “Estos profesionales podrán adoptar enfoques en los que se establezca una rutina; se creen entornos propicios para el sueño; se realice actividad física moderada durante el día; o se haga un uso adecuado de medicamentos cuando sea necesario», indica la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA).
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Según la organización, la alteración del sueño puede ser un factor de riesgo asociado con una mayor probabilidad de desarrollar demencia. En concreto, las interrupciones y la falta de sueño interfieren en el proceso de eliminación de la proteína beta amiloide, relacionada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
«Cuando dormimos se ponen en marcha los mecanismos necesarios para prescindir de la acumulación que se ha producido durante el día de esta sustancia. Pero una mala calidad del sueño favorece la formación de placa beta-amiloide, que, con el tiempo, puede dar lugar a la aparición de la enfermedad», detallan desde la entidad.
Desde CEAFA subrayan que el sueño «es un pilar fundamental para la salud física y mental de todos«, por lo que es necesario «cuidarlo y tener un descanso adecuado con el fin de prevenir futuras enfermedades como demencias y el Alzheimer».
Además, estos trastornos del sueño también afectan a las personas cuidadoras y a los familiares. En este sentido, recuerdan que es muy importante proporcionar apoyo emocional y recursos adecuados para las personas encargadas de los cuidados, atendiendo y velando «por su propio sueño, así como buscar apoyo si es necesario, para evitar la fatiga y el agotamiento».