La probabilidad de que un recién nacido desarrolle obesidad en su infancia o adolescencia puede estimarse utilizando una sencilla calculadora. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública del Colegio Imperial de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista PLoS ONE.

Concretamente, la calculadora, ya disponible en internet (en inglés), estima el riesgo del neonato de desarrollar obesidad en función de su peso al nacer, del índice de masa corporal (IMC) de los padres, del número de personas en el hogar, de la categoría profesional de la madre y de si ésta fumaba durante el embarazo. Para acceder a la calculadora, clica aquí.

Como explica el Dr. Philippe Froguel, director de la investigación, «la calculadora utiliza factores de riesgo bien conocidos para la obesidad en la niñez, pero esta es la primera vez que han sido utilizados conjuntamente desde el momento del nacimiento«.

Rápida y gratis

Entre otras ventajas, la prueba, como destacan los autores, «se realiza en muy poco tiempo, no requiere ninguna prueba de laboratorio y no cuesta ningún dinero«.

Además, y diseñada a partir de la evaluación de 4.032 niños nacidos en Finlandia, ha sido validada por un análisis retrospectivo realizado con 1.503 niños italianos y un análisis prospectivo llevado a cabo con 1.032 niños estadounidenses.

Los autores esperan que su método de predicción se utilice para identificar a los bebés de alto riesgo, para que así las familias tomen las medidas preventivas oportunas para que sus hijos no ganen un peso excesivo. Pues como recuerdan los autores, «la obesidad infantil, cada vez más común en los países desarrollados, es una de las principales causas para la aparición de la diabetes tipo 2 temprana y de las enfermedades cardiovasculares«.

Prevenir la obesidad

Es más; como alerta el Dr. Froguel, «una vez que un niño se convierte en obeso, es difícil que pierda peso, por lo que la prevención es la mejor estrategia y tiene que comenzar tan pronto como sea posible». Sin embargo, las campañas se han mostrado bastante ineficaces a la hora de prevenir la obesidad en niños en edad escolar. «Sería mucho más eficaz educar a los padres acerca de los peligros de un exceso de alimentación y de los malos hábitos alimentarios a una edad temprana», concluye el Dr. Froguel.

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘PLoS ONE’?