Cuanto más dinero invierte un país de la Unión Europea en salud mejor es el pronóstico del cáncer de sus pacientes. Al menos eso concluye un nuevo estudio que será presentado este domingo en el Congreso Europeo de Cáncer, que hoy comienza en Ámsterdam, y que se publicará simultáneamente en la revista ‘Annals of Oncology‘.
Los investigadores de este estudio explicarán en Holanda cómo el aumento de la riqueza y la inversión en salud están fuertemente asociados tanto con el aumento de la incidencia del cáncer (el número de casos nuevos de una enfermedad en una población determinada y en un periodo determinado) como con la disminución de su mortalidad. En el caso del cáncer de mama, el aumento de la inversión en salud parece estar aún más fuertemente asociada con unos mejores resultados en cuanto a supervivencia.
Tal y como explica el investigador principal de este estudio, el Dr. Felipe Ades, oncólogo del Instituto Jules Bordet y profesor de la Universidad Libre de Bruselas, «hemos observado que cuanto más se gastan los estados europeos en salud, menos mortalidad hay después de un diagnóstico de cáncer y esto se remarca de manera especial en el caso del cáncer de mama. También nos hemos dado cuenta de que, a pesar de todas las iniciativas para estandarizar las políticas de salud pública, existe una variación significativa entre el gasto en salud y la incidencia y la mortalidad del cáncer en los 27 estados miembros de la UE. Esta disparidad es más evidente entre los países de Europa occidental y oriental».
Estudio de múltiples factores
El doctor Ades y sus colegas obtuvieron de la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial información sobre la población, la incidencia de cáncer y la mortalidad. También analizaron factores tales como el producto interior bruto (PIB) de los países, el porcentaje del PIB invertido en sanidad por persona y año, y se compararon estos indicadores de riqueza y gasto sanitario con sus propias estimaciones de la proporción de pacientes que fallecen después de un diagnóstico de cáncer.
Mientras que la población de Europa occidental -cerca de 400 millones de habitantes- es alrededor de cuatro veces mayor que la de Europa del Este, el PIB total de los países occidentales es más de 10 veces superior. Los investigadores también encontraron una diferencia significativa entre el gasto en salud de estos países. «No es sorprendente que el gasto en salud per cápita esté fuertemente correlacionado con el PIB per cápita y el porcentaje del PIB gastado en salud», recuerda el Dr. Ades.
Gasto en salud per cápita
El punto de corte entre los países de Europa del Este y Oeste para el gasto en salud por persona y año es de alrededor de 2.600 dólares. Por ejemplo, entre los países de Europa occidental, Portugal tiene el gasto per cápita más bajo, 2.690 dólares, mientras que entre los países de Europa Oriental, Eslovenia tiene el más alto, 2.551 dólares. En Occidente, Luxemburgo está a la cabeza -6.592 dólares por persona y año- mientras que en el Este, Rumania fue el país que menos invirtió -818 dólares.
Los investigadores encontraron que, en proporción, Europa del Este tuvo menor incidencia de cáncer y mayor mortalidad por la misma causa, mientras que lo contrario sucedió en Europa Occidental. «A partir de nuestros resultados -prosigue este investigador- es evidente que los países del Este, con excepción de Chipre, tienen tasas de mortalidad más altas que los países de Europa Occidental. Esto indica que una proporción mayor de pacientes muere después de un diagnóstico de cáncer en Europa del Este que en Europa Occidental. Este modelo está fuertemente asociado con el gasto en salud. Cuanto más gasta en salud un país, menos pacientes mueren después de un diagnóstico de cáncer».
Más inversión, menos mortalidad
«En los países que gastan menos de 2.000 dólares per cápita en atención de la salud, como Rumania , Polonia y Hungría, alrededor del 60% de los pacientes mueren después de un diagnóstico de cáncer, en los países que pasan de 2.500-3.500 dólares, este porcentaje es de alrededor de 40% y 50%, como en el caso de Portugal, España y Reino Unido; cuando se sube a cerca de 4.000 dólares, menos del 40% de los pacientes fallecen, como sucede en Francia, Bélgica y Alemania», explica el doctor Ades.
El estudio no analiza las causas de la mayor incidencia de cáncer en los países occidentales. Sin embargo sugiere que, como las muertes por cáncer no aumentan en estos países en la misma proporción a la incidencia, puede ser debido en parte a la existencia en occidente de un mayor número de programas de cribado, que detectan más cánceres en sus etapas iniciales y más tratables, y a la disponibilidad de tratamientos más eficaces.
Cáncer de mama, buen ejemplo
Los investigadores también observaron específicamente el cáncer de mama. «Lo hicimos porque es el mejor ejemplo de una enfermedad oncológica con métodos de cribado efectivos. Además, en las poblaciones europeas se ha demostrado que la detección del cáncer de mama reduce la mortalidad en comparación con la no-detección. Hemos encontrado que la asociación entre la mayor riqueza y un gasto superior en salud y la incidencia de este tumor es aún más fuerte que en otros tipos de cáncer, un hecho posiblemente relacionado no solo con la mayor incidencia inherente de cáncer de mama en los países occidentales, sino también al aumento de la detección debido a la disponibilidad de métodos de cribado».
«A pesar de que la financiación de los sistemas de salud es una responsabilidad de los gobiernos nacionales, la Unión Europea ha aprobado una Carta de los Derechos Fundamentales para estandarizar las políticas de salud pública. Nuestra investigación demuestra que, a pesar de las iniciativas para hacer más uniforme la política de salud en los estados miembros de la UE, todavía hay marcadas diferencias entre Europa Oriental y Occidental en lo que respecta a los indicadores de cáncer. Se necesita más estudios para investigar estas cuestiones», concluye el doctor Ades.
Por su parte, el profesor José Martín-Moreno, profesor de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia y portavoz de la ESMO (European Society for Medical Oncology), comenta: «El cáncer es la principal causa de mortalidad en Europa y, sin embargo, hay un déficit importante entre los recursos necesarios para su control y los desplegados para hacerlo. En este contexto, el Dr. Ades y sus colegas han elaborado un estudio importante que confirma que la financiación de los sistemas de salud es fundamental para garantizar buenos resultados en los pacientes y alerta sobre las desigualdades entre los países de la UE . Dada la actual recesión económica, este es un mensaje que los gobiernos y los ciudadanos europeos deben conocer. Gasto público en salud, junto con una adecuada gobernanza y rendición de cuentas y directrices basadas en las pruebas científicas son algunos de los ingredientes esenciales para un sistema de salud fuerte y una sociedad mejor».