En la presente edición, la efeméride se celebrará bajo el lema ‘Actuar contra la pérdida de audición: una buena inversión’, con el que la OMS quiere llamar la atención sobre “el elevado coste económico global y el significativo impacto sobre la vida de los afectados que deriva del no tratamiento de la pérdida de audición. Y es que las intervenciones para abordar la pérdida de audición no solo se encuentran ya disponibles en la actualidad, sino que son costo-efectivas”.
La fecha elegida para este Día Internacional, 3 de marzo –o 3-3, representativo de las dos orejas–, fue propuesta en el marco de la I Conferencia Internacional para la Prevención y Rehabilitación del Déficit Auditivo organizada por la OMS en el año 2007 en Pekín (China).
‘Una buena inversión’
De acuerdo con las estimaciones de la OMS, y atendiendo únicamente a los aspectos meramente económicos, la pérdida de audición no tratada conlleva un coste global cercano a los 750.000 millones de dólares –en torno a 713.400 millones de euros– anuales. Concretamente, el no abordaje de estas pérdidas de audición supone cada año un gasto de 67.000-107.000 millones de dólares para los sistemas sanitarios y en dispositivos de audición; un coste de 105.000 millones de dólares por las pérdidas de productividad por desempleo y jubilaciones anticipadas; un gasto de 573.000 millones de dólares para la sociedad debido al aislamiento social, las dificultades de comunicación y la estigmatización; y un coste de 3.900 millones de dólares derivado del apoyo educativo a los menores con pérdida de audición de 5 a 14 años de edad.
De ahí la necesidad, como destaca el lema de la efeméride, de invertir en la prevención y el abordaje de la pérdida de audición. Como recuerda la OMS, “los estudios han demostrado la coste-eficacia de la prevención de la pérdida de audición mediante la protección contra los sonidos fuertes y la detección y el tratamiento de la otitis media, así como de la detección precoz de la pérdida auditiva realizando pruebas a recién nacidos, niños en edad escolar y adultos mayores de 50 años”.
Unas intervenciones, además, a las que se deben sumarse, dada su coste-eficacia, el incremento de los servicios de rehabilitación y apoyo para el uso continuado de audífonos y el aumento del acceso a los implantes cocleares.
No en vano, como concluye la OMS, “las intervenciones contra la pérdida de audición generan ahorros financieros y un considerable rendimiento de la inversión; mayor acceso a la educación; mayor empleabilidad y salarios más altos, lo que beneficia a la economía; reducción de los costos relacionados con la depresión y el deterioro cognitivo; y una sociedad integrada”.
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