La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que el auge de los movimientos antivacunas es una «amenaza cada vez mayor» para los programas de inmunización y dificulta de forma importante que sean realmente eficaces a la hora de proteger a la población.
En un número especial de la revista ‘Vaccine’ dedicado a este problema, la OMS recuerda que en la actualidad, la inmunización evita anualmente entre 2 y 3 millones de defunciones.
El problema, se señala en esta publicación científica, es que en los últimos años esta desprotección está provocada cada vez más por el auge de movimientos antivacunas, lo que representa un «reto cada vez mayor» en especial para aquellos países que se esfuerzan por reducir la brecha de la inmunización.
«Las vacunas sólo puede mejorar la salud y prevenir muertes cuando se utilizan, y los programas de vacunación debe ser capaces de alcanzar y mantener tasas elevadas para ser eficaces«, ha recordado Philippe Duclos, asesor de la OMS.
La OMS y la inmensa mayoría de la comunidad científica lleva décadas recordando que la eficacia de la vacunación sistemática está sobradamente demostrada, así como su beneficio para la salud pública, y que ésta es una cuestión de evidencia científica irrefutable, no susceptible a interpretaciones de base ideológica no demostrables.
La inmunización previene enfermedades, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles mediante vacunación, tales como el cáncer cervical, la difteria, la hepatitis B, el sarampión, la paroditis, la tos ferina, la neumonía, la poliomielitis, las enfermedades diarreicas por rotavirus, la rubéola y el tétanos. No obstante, se estima que 21,8 millones de lactantes de todo el mundo aún no reciben las vacunas básicas. Casi la mitad de ellos viven en tres países: la India, Nigeria y Pakistán.
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