“Todo está cambiando de una manera que no imaginábamos… Pero para las personas con Esclerosis Múltiple no es tanta la novedad: convivimos con la incertidumbre de la enfermedad de las mil caras y nos tenemos que adaptar día a día a una evolución incierta. Y eso no es tarea fácil porque además nos enfrentamos a la soledad y el aislamiento social. Y, ahora, a la COVID-19”. Así se expresa Lorena López, paciente con Esclerosis Múltiple (EM).

Aunque todavía no se conoce con detalle el impacto de la pandemia en los pacientes, algunos ya son evidentes: retrasos en los tratamientos y pruebas, dificultades en el acceso a la atención sociosanitaria, peor seguimiento, temor a salir a la calle por miedo al contagio, etc.

Para Pedro Carrascal, director de Esclerosis Múltiple España (EME), “este miedo puede desembocar en un aislamiento prolongado nada aconsejable para las personas que viven con una enfermedad crónica como ésta, en las que las conexiones sociales son clave para una mejor convivencia con la patología”.

Conexiones

En el marco del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple (que se celebra este sábado, 30 de mayo), EME se lamenta de la persistencia de barreras sociales y mentales a las que se tienen que enfrentar las personas con EM y que se han visto incrementadas por la COVID-19.

‘Me conecto, nos conectamos’ es el lema elegido este año por la organización, con el que se manifiesta la importancia de que nadie se enfrente a la enfermedad en soledad. No hay que olvidar que las barreras laborales, el estigma social de los pacientes crónicos, el desconocimiento de qué es la EM y la incomprensión constituyen el día a día de estas personas que, además, se enfrentan a un Sistema Nacional de Salud con claros déficits para la atención a los pacientes crónicos en general y a los que tienen EM en particular.

Este jueves, 28 de mayo, a las 17:00 h, se celebrará el encuentro en línea ‘#ConexionesEM, junt@s construyendo el futuro’. Inscríbete en diamundialem.org