Concretamente, la sanidad se presenta como el quinto problema que más preocupa a los españoles, únicamente superado por el desempleo (77,1%), la economía (39,5%), la clase política (29,8%) y la corrupción y el fraude (17,2%).
En este contexto, debe destacarse que el porcentaje de españoles, un 12,9%, que consideran la sanidad como uno de los principales problemas del país es el más alto alcanzado hasta la fecha. Y es que desde la investidura del presidente Mariano Rajoy y el nombramiento de Ana Mato como titular del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la preocupación por la Sanidad ha crecido hasta 3,6 puntos –en diciembre de 2011 se situaba en el 9,3%.
Es más; preguntados por el problema que más afectaba a cada encuestado, un 4,2% aludió a la Sanidad, una respuesta únicamente superada, una vez más, por el paro (38,3%), la economía (18,3%) y las pensiones (4,4%).
La calidad empeorará
La encuesta también refleja el pesimismo de la ciudadanía respecto a la calidad de la atención sanitaria. Y es que hasta un 60,4% de los encuestados considera que habrá disminuido en los próximos cinco años –frente a un 19,5% que cree que mejorará.
A este respecto, el mantenimiento de la calidad de la sanidad y de otros servicios públicos –entre otros, la educación y la justicia– se presenta como el objetivo prioritario para el 7,2% de los ciudadanos para los próximos cinco años –y el segundo para un 18,7%.
Sea como fuere, y por lo que respecta al nivel de satisfacción –escala de 0 a 10–, los encuestados otorgan a su salud un puntuación promedio de 7,67 puntos. Un aspecto ciertamente importante dado que el 49,3% de los encuestados considera que una buena salud constituye el factor más importante para ser feliz –muy por delante de las relaciones familiares y la economía personal.
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