La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) lamenta que el Ministerio de Sanidad haya vuelto a ignorar en la nueva actualización de la Estrategia de Vacunación frente a la COVID-19 la situación de vulnerabilidad de los millones de personas con enfermedad crónica, para las que aún no existe turno de vacunación a pesar de la gran disponibilidad de vacunas anunciada por el Gobierno. Una situación que para la POP genera un “profundo sentimiento de decepción, incomprensión y gran preocupación”.
Como explica Carina Escobar, presidenta de la POP, “estamos totalmente atónitos ante la situación que estamos viviendo. Realmente nos cuesta entender cómo, tras casi seis meses de vacunación, Carolina Darias, nuestra ministra de Sanidad, no está teniendo en cuenta a todas las personas con enfermedad crónica que viven en nuestro país y que la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), como representante de las sociedades científicas médicas, no les haya defendido. Estamos hablando de millones de pacientes, de todas las edades, con patologías como, entre otras muchas, afecciones cardiacas, enfermedades respiratorias, neurológicas o raras, así como pacientes con tratamientos inmunosupresores y para los cuales existe evidencia sólida de mayor riesgo de enfermedad grave”.
Falta de compromiso
La actualización de la Estrategia de Vacunación incorpora únicamente como colectivos vulnerables a grandes dependientes de difícil accesibilidad y personas con enfermedad mental grave o «autismo profundo«, una decisión que ha llevado a la POP y a la Confederación Autismo España a reclamar a FACME y a la Comisión de Salud Pública que especifiquen qué entienden por ‘autismo profundo’ para evitar el desconcierto de muchas familias. Además, las personas con gran dependencia ya estaban incorporadas en el primer grupo de vacunación.
Una actualización, por tanto, que sigue dejando fuera a un gran número de pacientes. Todo ello a pesar de que, como recuerda Escobar, “estas personas, muchas de ellas jóvenes, han tenido que paralizar su vida ante el gran riesgo que el contagio supone para su delicada salud. Se trata de pacientes que, diariamente, tienen que acudir a centros sanitarios para continuar con sus consultas, pruebas y tratamientos y que, por tanto, se encuentran tremendamente expuestos a un contagio. Creemos que dejar de lado a este colectivo no respeta los principios éticos que se establecen en la estrategia y que deben proteger a los más vulnerables”.
Como concluye María Gálvez, directora de la POP, “seguimos sin comprender que el documento original de la Estrategia de Vacunación considerase la vulnerabilidad de las personas con enfermedades crónicas pero que, sin embargo, a la hora de la verdad, hayan sido olvidados en los turnos de vacunación y el criterio principal sea únicamente la edad. Es realmente urgente que se escuche la voz de los pacientes, así como la de aquellos profesionales que tratan a diario con ellos y entienden su situación de vulnerabilidad”.