Entre otros aspectos, el Barómetro muestra la preferencia de los españoles por el sistema sanitario público frente al privado, fundamentalmente por su tecnología y medios disponibles –para un 70,3% de la ciudadanía– y la capacitación de sus médicos (63,5%) y personal de enfermería (62,9%). No así en el caso de la rapidez en la atención, mejor en la sanidad privada según un 59% de los encuestados –frente a un 36,1% que opina que la atención es más rápida en la sanidad pública.
De hecho, y entre otros aspectos susceptibles de mejora, el Barómetro destaca aquellos relacionados con los tiempos de acceso a los servicios: obtención de la cita en Atención Primaria el mismo día que se solicita –solo un 10,1% de los ciudadanos lo consigue–, las demoras para las consultas de atención hospitalizada y la hospitalización programada, y los tiempos de permanencia en sala de espera para entrar en consulta –el 31% espera más de una hora.
Niveles asistenciales
El 88% de los ciudadanos atendidos en los centros de Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud (SNS) valoró de forma positiva o muy positiva la atención recibida. Una atención que, en el caso de las consultas de atención especializada, los pacientes hospitalizados y los servicios de Urgencias, ha sido igualmente calificada como satisfactoria por, respectivamente, el 83,3%, el 84% y el 79,7% de los encuestados.
Sin embargo, el porcentaje de ciudadanos que consideran que los servicios asistenciales han empeorado en el contexto de los últimos 5 años supera al de aquellos que percibe una mejoría. Una percepción negativa que se extiende a todos los niveles asistenciales: Atención Primaria –un 29,7% de los encuestados opina que ha empeorado frente a un 19,5% que defiende que ha mejorado–; atención especializada –37,3% frente a 13,9%–; atención hospitalaria –35,6% frente a 14,3%–; Urgencias –43,1% frente a 11,6%–; y hospitalización a domicilio –19,7% frente a 8,8%.
Asimismo, la mayoría de españoles percibe una falta de equidad en la atención entre las distintas comunidades autónomas –el 39,1% cree que los servicios no son los mismos para todas las CC AA, opinión que contradice el 37,8%– y los medios rural y urbano –según un 46,4% de los encuestados.
Finalmente, y entre otros muchos aspectos, la encuesta muestra la opinión favorable de la mayoría (58,5%) para que los cigarrillos electrónicos sean regulados como los productos del tabaco. Unos e-cigarrillos que, de acuerdo con la opinión del 44,1% de los encuestados, no constituyen una ayuda para dejar de fumar –frente a un 27,6% que sí los consideran un apoyo.
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