El 5% de la población española tiene anticuerpos frente a la COVID-19. Así lo muestran los resultados de la tercera y última oleada del Estudio Nacional de Seroprevalencia ‘ENE-COVID’ impulsado por el Ministerio de Sanidad y coordinado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en los que se observa que el porcentaje de personas con anticuerpos –inmunoglobulinas G (IgG)– apenas ha variado a lo largo de los meses –5% en la primera oleada y 5,2% en la segunda.

Como informa Sanidad en un comunicado, “estos resultados confirman que, pese al gran impacto de la pandemia en España, las cifras de seroprevalencia no son altas, lo que descarta a corto plazo la inmunidad de grupo”.

Variabilidad geográfica

El estudio ‘ENE-COVID’, iniciado el pasado 27 de abril, ha contado con la participación de 68.296 personas de todas las edades, comunidades y provincias, a las que se han realizado 186.908 test rápidos (más 9.755 en el estudio específico insular) y recogido 165.176 muestras de sangre.

Entre otros resultados, el estudio muestra una gran variabilidad geográfica en la prevalencia de anticuerpos entre las comunidades y ciudades autónomas, siendo mayor en Castilla-La Mancha y Madrid –en torno a un 10%– e inferior en Asturias, Baleares, Canarias, Ceuta, Galicia y Murcia –en torno a un 2%.

Asimismo, la prevalencia es mayor en las ciudades con más de 100.000 habitantes (6,8%) que en los municipios con menor población (4,2%). Por el contrario, y si bien la prevalencia de anticuerpos es inferior en niños y adolescentes –en torno a un 3,5%–, no se han observado grandes diferencias en función del sexo, del nivel de estudios, de la presencia o grado de discapacidad, ni con el número de personas que conviven en el hogar.

Anticuerpos

Una de las cuestiones analizadas ha sido la evolución de los anticuerpos, observándose una tasa global de seroconversión, esto es, de personas que no tenían anticuerpos en la primera oleada y que los han desarrollado a lo largo del estudio al tener contacto con el virus, del 0,9% entre la ronda 1 y la ronda 2, y del 0,7% entre la ronda 2 y la ronda 3. Unas cifras que reflejan la baja aparición de nuevas infecciones tras el confinamiento.

Sin embargo, los resultados también muestran una seronegativización, es decir, la ausencia de anticuerpos IgG detectables en personas que los tenían previamente. Una ‘pérdida’ que experimentó el 7,1% de la población con anticuerpos entre la ronda 1 y la ronda 2, y cerca de un 14% al analizar todo el periodo del estudio. Además, esta seronegativización fue más común en las personas que no habían tenido ningún síntoma (11%) y mucho menos frecuente en aquellos con una PCR positiva (0,5%) o que habían experimentado la pérdida súbita del olfato o del gusto (2,6%).

Finalmente, y entre otras conclusiones, el estudio muestra que únicamente un 27-31% de las personas que han convivido con un paciente con COVID-19 confirmada ha desarrollado anticuerpos.

Para consultar los resultados del estudio clica aquí.

Distancia y mascarillas

Paralelamente al de seroprevalencia, Sanidad ha publicado en la prestigiosa revista ‘The Lancet‘ un estudio en el que se revela la mayor prevalencia de anticuerpos entre el personal sanitario (10%) y los trabajadores de residencias y centros sociosanitarios (7,7%).

Como explican los autores del estudio, “los resultados obtenidos en España, un país con una onda epidémica intensa en el que las cifras de seroprevalencia son bajas, reflejan la dificultad de obtener una inmunidad de rebaño a corto plazo”.

De hecho, y en un editorial que acompaña al artículo, los doctores Isabella Eckerle y Benjamin Meyer señalan que “sería poco ético someter a la población y al sistema sanitario a una mayor presión para conseguir esta inmunidad de grupo».

En definitiva, y combinados con las conclusiones del estudio de seroprevalencia, “estos resultados, junto a la presencia de un porcentaje sustancial de infecciones asintomáticas, refuerzan la necesidad de mantener las recomendaciones de salud pública de distanciamiento, uso de mascarillas y lavado de manos”, concluye Sanidad.

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘The Lancet’?