El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), miembro de Somos Pacientes, ha hecho un llamamiento a «intensificar la equidad de los sistemas públicos de salud con las personas con discapacidad para que esta no sea un factor de castigo añadido que acorte la esperanza de vida o deteriore su calidad».

La plataforma efectúa esta demanda al hilo del Informe mundial sobre la equidad sanitaria para las personas con discapacidad‘ de la Organización Mundial de la Salud, que revela que el bien básico de la salud y el derecho a los cuidados sanitarios «está severamente comprometido para este grupo de población por factores sociales de desigualdad evitables».

Factores evitables

La OMS recuerda que «muchas de las diferencias entre los resultados de salud de las personas con discapacidad y las personas sin discapacidad no pueden explicarse por la afección o la deficiencia de salud subyacente, sino que están vinculadas con factores injustos que son evitables». Estos factores se conocen como ‘inequidades sanitarias’ o ‘inequidades en materia de salud’.

La discapacidad, destaca el CERMI, es una construcción social, de la que forma parte también una condición de salud o de funcionamiento en muchas discapacidades de forma más que relevante. Por tanto, el influjo de lo social, del entorno, de las condiciones de vida, de acceso a bienes, servicios, recursos y apoyos por parte de la persona en cuestión repercute en la mejor o peor salud y, por tanto, intensifica o atenúa la discapacidad.

Nada sobre nosotros sin nosotros

«Los sistemas públicos de salud no perciben a las personas con discapacidad como un grupo de interés prioritario, preferencial, sino como algo muchas veces marginal o episódico», se lamenta el Comité. «Tampoco ayuda que estos sistemas sean tan poco porosos a la participación y a la apertura a la sociedad civil organizada. Es muy autárquico en su gobernanza, tiende a aislarse y a no abrirse a la comunidad, adolece de un grave problema de modelo«.

En este sentido, la OMS destaca la importancia de «asegurar el empoderamiento y la participación efectiva de las personas con discapacidad y las organizaciones que las representan cuando se implementa cualquier medida del sector de la salud». Este principio se fundamenta en el lema «nada sobre nosotros sin nosotros» e implica su participación activa en la adopción de decisiones estratégicas; por ejemplo, en el diseño, la planificación, el desarrollo y la prestación de servicios de salud y las intervenciones de salud pública, así como en la planificación y la implementación de respuestas a emergencias.

El número de personas que tienen una discapacidad significativa en todo el mundo es de aproximadamente 1.300 millones, el 16% de la población. En España se calcula que esta cifra es de 4,38 millones.

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