En España conviven más de un millón de personas con discapacidad orgánica, el 60% de las cuales requiere asistencia rehabilitadora. Una necesidad que solo se ve completamente cubierta en un 15% de los casos. O lo que es lo mismo, el 85% de las personas con discapacidad orgánica que precisan rehabilitación no la reciben. Así lo muestran los resultados del ‘Libro Blanco de la discapacidad orgánica’, estudio sobre la situación, necesidades y demandas del colectivo llevado a cabo por la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), miembro de Somos Pacientes.
Como explica Anxo Queiruga, presidente de la Confederación, “con este documento queremos seguir avanzando en el reconocimiento, visibilidad y conquista de derechos de las personas con discapacidad orgánica y, sobre todo, aportar un conocimiento detallado sobre sus necesidades y las medidas que hay que tomar para garantizar su plena inclusión y participación activa en la sociedad”.
Desigualdad y empobrecimiento
Entre otros resultados, el estudio revela que cerca de la mitad de las personas con discapacidad orgánica no tienen cubierto de forma completa su tratamiento farmacológico. Todo ello a pesar de que muchas de las mismas presentan múltiples dolencias y están polimedicadas. Y asimismo, que menos del 20% de aquellas que precisan de apoyo psicosocial –psicología, trabajo social, psicopedagogía– y servicios de prevención y promoción de la salud –entre otros, nutrición y dietética– tienen estas necesidades plenamente cubiertas.
Por su parte, el 57% de las personas del colectivo se ha visto abocadas a dejar su empleo por no adecuarse a su condición, otro 57% ha tenido miedo de perderlo y un 53,1% ha desempeñado un puesto de trabajo que no estaba adaptado a sus necesidades. Además, y de cara a solicitar una baja laboral, las mujeres (44,3%) encuentran más barreras que los varones (28,6%).
Un aspecto, el laboral, que cobra una gran importancia cuando se observa que, como consecuencia del referido déficit de apoyos y servicios, más de la mitad de las personas con discapacidad orgánica afrontan unos gastos vinculados a su condición que oscilan entre los 100 y los 500 euros mensuales. Un sobrecoste, además, que son independientes de la presencia o ausencia de ingresos.
En este contexto, explica Georgina Granero, investigadora principal del Libro Blanco, “lo que falta lo cubre el entorno. Y esta situación genera desigualdad y empobrecimiento en las propias personas con discapacidad orgánica y en sus allegados”.
En definitiva, concluye Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), miembro de Somos Pacientes, “la discapacidad orgánica es una de las que tiene una mayor deuda contraída por parte del Estado, por lo que tiene que comenzar a saldar esa deuda con decisiones. Felicitamos a COCEMFE por haber indagado de un modo holístico, transversal, amplio e integral una materia no demasiado explorada y haber elaborado una antesala de un programa de acción, global, coherente, factible y transformador”.
Para consultar el ‘Libro Blanco de la discapacidad orgánica’ clica aquí.
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