A día de hoy, en el planeta faltan hasta 4 millones de médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios. Una escasez que, en palabras de la Dra. Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), «podría afectar directamente a la calidad y seguridad de la atención del paciente«.
El dato ha sido facilitado en el marco de la 29ª Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional para la Calidad en la Atención de la Salud que se está celebrando en Ginebra (Suiza), en la que la OMS ha renovado su compromiso con la «alta calidad de la atención clínica de todos los pacientes, ricos y pobres, ahora y en el futuro«.
Errores médicos
La Dra. Chan ha informado de la atención especial que la OMS prestará, a partir de 2013, a la seguridad del paciente. «Al igual que cualquier otra disciplina joven, la seguridad del paciente se enfrenta a desafíos, que incluyen la necesidad de cambiar los comportamientos humanos y la renuencia de los médicos a reconocer los errores, de su parte o de la de otros», ha señalado la Dra. Chan, para quien «si bien errar es humano, hay que recudir el número y la gravedad de los errores que se producen».
En este sentido, la Dra. Chan, tras diferenciar entre los errores «atroces e imperdonables que manchan la imagen de la sanidad» –como equivocarse en una práctica quirúrgica– y los «menos sensacionales, mucho más comunes» –como la prescripción errónea–, ha lamentado que «los mismos errores sigan ocurriendo una y otra vez». «Es desconcertante y dice mucho acerca de la imperiosa necesidad de hacer de la seguridad del paciente una prioridad para cualquier sistema de salud que funcione bien», añadió.
Prioridad global
En 2002, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución por la que la seguridad del paciente se constituyó como una prioridad global para la mejora de la calidad de la atención clínica y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Es más; la resolución reconoció la seguridad del paciente como un principio fundamental de todos los sistemas de salud.
«Todos los errores, los imperdonables y los comprensibles, pueden ser tratados. Para ello, debemos avanzar aprendiendo los unos de los otros, con los ojos claramente en los pacientes«, concluyó la Dra. Chan.