La prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil y adolescente española no ha aumentado en los últimos 12 años. Pero aún así, sigue siendo muy elevada: hasta un 40% de la población con edades comprendidas entre los 8 y los 17 años presenta exceso de peso. Así lo muestra un estudio dirigido por investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública y publicado en Revista Española de Cardiología.

De acuerdo con los resultados, el 26% de los españoles con edades entre los 8 y 17 presenta sobrepeso y un 12,6% obesidad. Unos datos que, como refiere el doctor José Juan Sánchez Cruz, director de la investigación, “significan que, aproximadamente, cuatro de cada diez jóvenes españoles están expuestos desde etapas muy tempranas a factores de riesgo cardiovascular que son potencialmente modificables y que tendrán un efecto negativo sobre su salud, tanto a corto como a largo plazo, ya que en muchos casos la persona lleva padeciéndolos desde la infancia”.

Prevalencia estabilizada

El estudio también revela que la prevalencia de exceso de peso es mayor cuanto más joven es la población. Así, la tasa de sobrepeso en los niños con edades entre los 8 y los 13 años es del 30,7%, mientras que la de obesidad se establece en el 14,7%. Cifras, por tanto, superiores a las de los adolescentes –edades entre los 14 y los 17 años–, en los que las tasas son, respectivamente, del 17% y del 8,5%.

Por su parte, y por lo que refiere a las diferencias de género, la prevalencia es ligeramente superior entre los varones –tasas del 28,6% y del 12,9%, respectivamente– que en las mujeres –23,5% y 12,3%–. Y por lo que respecta al nivel de estudios de los progenitores, se observa una relación directa entre el peso de los hijos y el nivel de estudios de los padres –mayor tasa de sobrepeso u obesidad a menor nivel de estudios, fundamentalmente de la madre.

Finalmente, el estudio también muestra que la prevalencia de exceso de peso infantil y adolescente no ha aumentado en los últimos 12 años. Y es que como apunta el doctor Sánchez Cruz, “a pesar de estos datos, no todo son malas noticias; si bien es verdad que durante los últimos 30 años las cifras de obesidad se han multiplicado, si comparamos los datos obtenidos en nuestro estudio con los publicados hace una década por el estudio nacional enKid, vemos que, entre los años 2000 y 2012, en España las estimaciones de la prevalencia de sobrepeso infantil y juvenil se han estabilizado”.

Pero, incide el especialista, “es cierto que en valores demasiado altos”.

A la cabeza del mundo occidental

A tenor de estos resultados, puede concluirse que España presenta unos valores de sobrepeso y obesidad infantil y adolescente entre los más altos del mundo occidental, muy similares a los de Estados Unidos. Y es que en el país norteamericano, considerado el paradigma de la pandemia mundial de obesidad, el 37,1% de los niños de entre 6 y 11 años y del 34% de los adolescentes –edades comprendidas entre los 12 y los 19 años– presenta exceso de peso.

La razón para esta elevada prevalencia de exceso de peso se explica por la “rotura del equilibrio energético que padecen las sociedades occidentales; así, en las últimas décadas se ha incrementado la disponibilidad de alimentos, más accesibles, más abundantes, más baratos y, en ocasiones, de peor calidad, como son los altamente energéticos, caso de la denominada ‘comida rápida’ o ‘comida basura’”, destaca el doctor Sánchez Cruz.

A ello se aún “que en las sociedades urbanas ha disminuido el nivel de actividad física, tanto en el trabajo como en el tiempo libre, y ahora somos más sedentarios. Lo ideal sería recibir aportes calóricos a través de una dieta sana, caso de la mediterránea, y eliminar estas calorías mediante la práctica regular de ejercicio físico”, refiere el especialista.

En definitiva, la solución al problema pasa por la modificación de los actuales hábitos de vida y del medio ambiente físico y social, que debe ser más propicio para la realización de conductas saludables. Y sobre todo entre la población infantil. No en vano, concluye el doctor Sánchez Cruz, “la adquisición y consolidación de hábitos suele realizarse en edades tempranas de la vida, motivo por el cual son necesarias medidas en torno a la educación nutricional y a la actividad física adecuada a los más pequeños”.