Este martes, 3 de marzo, se celebra el Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición, una efeméride instituida e impulsada desde el año 2007 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de informar y concienciar a la población sobre la importancia de la salud auditiva y prevenir la pérdida de audición. No en vano, la pérdida de audición constituye en la actualidad la discapacidad sensorial más prevalente en todo el mundo.
En la presente edición, la efeméride se celebra bajo el lema ‘Escucha de por vida. Que la pérdida auditiva no te limite’, con el que la OMS quiere incidir en que las intervenciones eficaces y oportunas pueden ayudar a que las personas afectadas por pérdida de audición puedan desarrollar todo su potencial.
La fecha elegida para este Día Internacional, 3 de marzo –o 3-3, representativo de las dos orejas–, fue propuesta en el marco de la I Conferencia Internacional para la Prevención y Rehabilitación del Déficit Auditivo organizada por la OMS en el año 2007 en Pekín (China).
900 millones en 2050
A día de hoy conviven en todo el mundo cerca de 466 millones de personas –frente a 360 millones hace tan solo seis años– con pérdidas de audición consideradas discapacitantes. Y de las mismas, hasta 34 millones son niños. Además, la OMS estima que la cifra se elevará hasta los 630 millones ya en 2030 y los 900 millones en 2050.
Unas cifras ciertamente preocupantes dado que, como destaca la propia Organización, “en todas las etapas de la vida, la comunicación y una buena salud auditiva nos conectan con los demás, con nuestra comunidad y con el mundo. Así, las intervenciones adecuadas y practicadas a tiempo pueden facilitar a las personas con pérdida de audición el acceso a la educación, el empleo y la comunicación”.
En este contexto, la pérdida de audición puede ser consecuencia de causas genéticas, complicaciones en el parto, la presencia de enfermedades infecciosas específicas, las infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento. Sea como fuere, la situación de las personas que padecen pérdida de audición mejora gracias a la detección temprana, a la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda, así como con el empleo de subtítulos, el aprendizaje del lenguaje de signos y otras medidas de apoyo educativo y social.
Como alerta la OMS, “el 60% de los casos de pérdida de audición en niños se deben a causas prevenibles. Además, 1.100 millones de personas con edades entre los 12 y los 35 años se encuentran en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición al ruido en contextos recreativos”.
El problema es que, continúa la Organización, “si bien los sistemas de salud deben ofrecer intervenciones tempranas, en el mundo no hay acceso suficiente a intervenciones para tratar la pérdida de audición, como puede ser el empleo de audífonos”.
Además, los casos desatendidos de pérdida de audición representan un coste mundial anual cercano a los 750.000 millones de dólares estadounidenses. Sin embargo, como concluye la OMS, “las intervenciones destinadas a prevenir, detectar y tratar la pérdida de audición no son caras y pueden resultar muy beneficiosas para los interesados”.
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