El pasado 14 de agosto, la Comisión Europea alcanzó un primer acuerdo con la compañía farmacéutica AstraZeneca para comprar una posible vacuna contra la COVID-19. Ahora, España, junto con otros Estados miembros de la Unión, se ha sumado a esta compra centralizada.
En concreto, la Comisión acordó la base de un marco contractual para la compra de 300 millones de dosis, con la opción de comprar 100 millones más, en nombre de los Estados miembros de la UE. Además sigue negociando acuerdos similares con otros fabricantes.
Todas estas negociaciones se enmarcan dentro de la Estrategia Europea de Vacunas, a la que España se adhirió en julio y que se basa en establecer una posición única que garantice el acceso global y equitativo a la vacuna para proteger al conjunto de la población.
Resultados prometedores
La vacuna experimental de AstraZeneca ya se encuentra en la fase II/III de ensayos clínicos a gran escala, después de obtener resultados prometedores en la fase I/II con respecto a la seguridad y la inducción de la respuesta inmune.
La decisión de apoyar la vacuna propuesta por esta compañía se basa en un «enfoque científico sólido y en la tecnología utilizada (una vacuna ChAdOx1 basada en un adenovirus de chimpancé recombinante no replicante), la rapidez de distribución a gran escala, el coste, el reparto de riesgos, la responsabilidad civil y la capacidad de producción para poder abastecer a toda la Unión, entre otros factores».