Este miércoles, 12 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Obesidad, una efeméride que tiene por objetivo informar y sensibilizar a la población sobre la necesidad de la adopción de medidas para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad, enfermedades crónicas responsables de numerosas patologías crónicas –entre otras, del 44% de todos los casos de diabetes, del 23% de la cardiopatía isquémica y del 7-21% de determinados tipos de cáncer.
Como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), «la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,6 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Y si bien se ha considerado tradicionalmente como un problema confinado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medianos«.
De hecho, y de acuerdo con los últimos datos publicados por la OMS, correspondientes al mes de agosto del presente 2014, en torno a 1.400 millones de adultos padecían sobrepeso en el año 2008, y 200 millones de varones y 300 millones de mujeres eran obesos. Y es que, apunta la Organización, «la prevalencia de obesidad mundial prácticamente se duplicó entre 1980 y 2008, año en el que más del 10% de la población adulta era obesa».
En el caso específico de nuestro país, y de acuerdo con los datos arrojados por la Encuesta Nacional de Salud publicada el pasado año, el 55% de los adultos y el 27,8% de los menores con edades entre los 2 y los 17 años presentan exceso de peso. Es más; según los resultados, la obesidad y el sobrepeso son responsables cada año de la muerte de cerca de 131.000 españoles.
Obesidad infantil
La situación resulta especialmente acuciante en el caso de los niños, dado que según los datos de la OMS, más de 42 millones de menores de 5 años de todo el planeta presentan sobrepeso.
En palabras de la doctora Margaret Chan, directora general de la OMS, «los datos recientes indican que las tasas de obesidad infantil se están incrementando de manera dramática en muchos países, principalmente en los de medianos y bajos ingresos. La obesidad infantil y adolescente supone un serio riesgo para la salud, con consecuencias económicas y sociales. Abordar la obesidad infantil en el momento actual representa una importante oportunidad para que los países reduzcan el impacto de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y otras importantes enfermedades no transmisibles que constituyen las principales causas de mortalidad mundial, además de mejorar la salud y bienestar de los niños de una manera inmediata».
Por ello, la OMS ha constituido una Comisión Especial para Finalizar con la Obesidad Infantil y, de esta manera, evitar que hasta 70 millones de menores de 5 años padezcan sobrepeso u obesidad en el año 2025 –sobre todo en los países de medianos y bajos ingresos, en los que el crecimiento de la tasa de sobrepeso es un 30% mayor que en las naciones adineradas.
Tendencia descendente en España
En este contexto, los resultados preliminares del Estudio Aladino 2013, realizado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad sobre una muestra de 3.426 niños de 7 y 8 años de edad, muestra una prevalencia del 43% de exceso de peso en los escolares españoles –frente al 45,3% registrado en 2011.
Concretamente, el 24,6% de los niños analizados presentaba sobrepeso –por un 26,6% en 2011– y un 18,4% obesidad –frente al 19,1% en 2011–. Y por lo que respecta a las diferencias por géneros, tal y como ya se observara en 2011, mientras el sobrepeso es más prevalente en el caso de las niñas –24,9% frente al 24,2% de los niños–, la tasa de obesidad es mayor en los niños –21,4%, por un 15,5% en el de las niñas.
Unas cifras, en definitiva, que muestran una tendencia descendente y que como apunta Ana Mato, ministra de Sanidad, «si bien siguen siendo muy altas, esta tendencia debe animarnos a mirar hacia el futuro e impulsarnos a redoblar esfuerzos para revertir definitivamente la tendencia creciente de la obesidad infantil«.