El Sistema Nacional de Salud (SNS) comenzó el pasado miércoles, con la llegada del nuevo año y por primera vez en nuestro país, a financiar los medicamentos vareniclina y bupropión para dejar de fumar, con lo que los profesionales sanitarios cuentan con una nueva herramienta para la deshabituación tabáquica que complementa el resto de apoyos que ya se venían ofreciendo desde las consultas de Atención Primaria.
En palabras de María Luis Carcedo, titular en funciones del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, “este es un paso importante en el abordaje del tabaquismo. El éxito en la cesación tabáquica en personas que lo hacen sin ayuda es del 5% frente al 30-40% en aquellas que siguen un tratamiento farmacológico específico y cuentan con apoyo psicológico. Sin embargo, solo un abordaje integral y con medidas multisectoriales de carácter legislativo, sanitario y educativo harán posible la prevención y control del tabaquismo”.
58.000 muertes anuales
El tabaquismo constituye el principal problema de salud pública prevenible en los países desarrollados y constituye un factor determinante en el desarrollo de numerosas enfermedades, así como la primera causa de morbimortalidad evitable. En el caso específico de nuestro país, la cifra de decesos anuales asociados al tabaco asciende a 58.000.
De ahí la importancia de las medidas recogidas en el documento ‘Líneas de actuación 2019-2020 en el ámbito de la prevención y control del tabaquismo’, aprobado por la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) el pasado mes de mayo y que, entre otras medidas, incluye la inclusión del abordaje del tabaquismo en la cartera de servicios de Atención Primaria.
Concretamente, la prescripción de los tratamientos con vareniclina y bupropión se llevarán a cabo bajo receta electrónica en pacientes que estén incluidos en los programas de apoyo individual y/o grupal elaborados por las comunidades autónomas, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) y las Mutualidades y que, además, cumplan los siguientes criterios: tener motivación expresa de dejar de fumar constatable con al menos un intento en el último año, fumar 10 cigarrillos o más al día y tener un alto nivel de dependencia, calificado por una puntuación igual o superior a 7 puntos en el test de Fagerström.
Como explica Sanidad, “cada prescripción se realizará por un envase, lo que equivale a un mes de tratamiento. Tras ello, el médico, en el marco del seguimiento del programa de deshabituación tabáquica, deberá valorar la evolución de la efectividad del tratamiento con carácter previo a la emisión de la siguiente receta”.
El tratamiento completo tiene una duración entre nueve y 12 semanas, y el SNS financiará un intento anual por paciente para dejar de fumar. Con esta medida “se pueden beneficiar alrededor de 83.800 personas, con un impacto presupuestario estimado de 7,9 millones de euros en el primer año”, concluye Sanidad.