La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), miembro de Somos Pacientes, ha emitido un comunicado en el que manifiesta su rechazo a la regulación del cigarrillo electrónico –o e-cigarrillo– aprobada por el Congreso de los Diputados y, asimismo, adherirse al manifiesto que, ya apoyado por 37 sociedades científicas y asociaciones de consumidores, han remitido la Organización Médica Colegial (OMC) y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) al Senado para solicitar la modificación de la normativa en relación con su promoción y publicidad, su fiscalidad y los espacios para su consumo.

Como explica la AECC, “el consumo de los cigarrillos electrónicos, tal y como está redactada la norma en la actualidad, significa un paso atrás en el lento pero firme cambio cultural necesario para que nuestra sociedad esté libre del hábito de fumar. Y es que este producto no solo perpetúa la adicción, sino que puede inducir a los jóvenes a consumir un producto del que no se tienen garantía de que sea inocuo y perpetuar la cultura del tabaco”.

Equiparar su consumo al del tabaco

Por lo que hace referencia a la regulación de los lugares públicos en los que se permite el consumo de los cigarrillos electrónicos, la nueva legislación solo prohíbe su uso en los colegioscentros sanitarios o transportes públicos. Pero contrariamente a como sucede con el tabaco tradicional, su uso está permitido en lugares como restaurantes o bares.

Tal es así que, como refiere la AECC, “el consumo de cigarrillos electrónicos en espacios públicos significa la aceptación social de la inhalación y la adicción a la nicotina tan cercana al tabaquismo”.

Y por esta razón, los cigarrillos electrónicos “deberían estar regulados igual que el tabaco sin excepciones en el sector del ocio y la hostelería”, incide la Asociación.

Publicidad y fiscalidad

Por su parte, y por lo que respecta a la regulación de la promoción de los cigarrillos electrónicos, la AECC considera insuficiente que “la publicidad en medios audiovisuales se prohíba solamente en el llamado ‘horario infantil’ –de 16 a 20 horas–, en lugares frecuentados ‘principalmente por menores de 18 años’ y en los cines cuando se proyecten películas ‘destinadas primordialmente a menores’ de 18 años”.

Por tanto, “y dado que la publicidad de estos nuevos dispositivos que contienen nicotina para su inhalación debería restringirse al máximo –incide la Asociación–, proponemos que se regule con la misma legislación ya en vigor para el tabaco”.

Finalmente, y en lo referente a la fiscalidad de estos productos, la AECC propone que se iguale a la de los cigarrillos convencionales al tratarse de “un nuevo producto igual de adictivo”.

Para leer el comunicado de la AECC, clica aquí.

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