Un estudio realizado por el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) concluye que el 15% de las personas mayores de 30 años padece artrosis. La investigación evalúa la prevalencia en los últimos treinta años en más de doscientos países y realiza la primera proyección de la evolución de la enfermedad hasta 2050 cuando, según los datos publicados en la revista ‘The Lancet Rheumatology‘, esta enfermedad afectará en el mundo a casi mil millones de personas.
La investigación incide en el preocupante aumento de esta patología, una de las principales causas de dolor crónico y discapacidad en adultos, que en 1990 sufrían 256 millones de personas en el mundo y en 2020, 595 millones, lo que supone que en sólo tres décadas se ha producido un incremento de más del 130%.
Para la profesora Jaimie Steinmetz, autora del artículo y principal investigadora del IHME, “los factores clave para que se haya producido este alarmante incremento son la mayor longevidad de las personas, el crecimiento de la población mundial y la obesidad, por lo que debemos anticiparnos a las tensiones que sufrirán los sistemas sanitarios de la mayoría de los países”.
Como apunta Steinmetz, “en la actualidad no existe una cura para la artrosis, por lo que es fundamental que nos centremos en estrategias de prevención, intervención precoz y en hacer más asequibles los tratamientos, como las prótesis articulares, en los países de ingresos bajos y medios”.
Los datos recogidos confirman que la artrosis afecta más a mujeres que a hombres. En 2020, el 61% de los casos de artrosis eran de mujeres, frente al 39% de hombres. En este sentido, el doctor Jacek Kopek, profesor de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá), destaca que «se están investigando las razones de estas diferencias de género, pero cada vez hay más evidencia de que la genética, los factores hormonales y las diferencias anatómicas desempeñan un papel importante».
Las conclusiones inciden en que en la actualidad las zonas más afectadas por la artrosis son las rodillas y las caderas, aunque la previsión de cara a 2050 concreta que serán las rodillas, en un 74,9%; las manos, un 48,6%; las caderas, un 78,6% y los codos y los hombros.
Por otra parte, la investigación también demuestra que la inactividad física y la obesidad, que en 2020 fue la responsable del 20% de los casos, son importantes factores de riesgo. En este sentido concluye que la reducción mundial de las tasas de obesidad y el abandono de estilos de vida sedentarios redundaría en un significativo descenso de las tasas de artrosis.
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