La Comisión Europea ha alcanzado este viernes un primer acuerdo con la compañía farmacéutica AstraZeneca para comprar una posible vacuna contra la COVID-19, así como para donarla a países de renta media y baja o redistribuirla a otros países europeos. Esto se produce tras la «conclusión satisfactoria de las conversaciones exploratorias» con otras dos compañías, Sanofi-GSK, anunciada el 31 de julio, y Johnson & Johnson, el 13 de agosto.
Una vez que la vacuna ha demostrado ser segura y eficaz contra la COVID-19, la Comisión ha acordado ahora la base de un marco contractual para la compra de 300 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, con la opción de comprar 100 millones más, en nombre de los Estados miembros de la UE. La Comisión sigue negociando acuerdos similares con otros fabricantes.
Piedra angular
Para Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, «las intensas negociaciones de la Comisión Europea siguen dando resultados. El acuerdo alcanzado hoy es la primera piedra angular en la aplicación de la estrategia de la Comisión Europea en materia de vacunas. Esta estrategia nos permitirá ofrecer futuras vacunas a los europeos, así como a nuestros socios en el resto del mundo«.
Por su parte, la comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria de la Unión, Stella Kyriakides, ha informado de que «tras semanas de negociaciones, tenemos el primer compromiso anticipado de mercado de la UE para una vacuna experimental. Quisiera dar las gracias a AstraZeneca por su compromiso constructivo con este importante acuerdo para nuestros ciudadanos. Seguiremos trabajando sin descanso para incluir más posibles vacunas en el cartera de vacunas de la UE. Una vacuna segura y eficaz sigue siendo la estrategia de salida más segura para proteger a nuestros ciudadanos y al resto del mundo del coronavirus».
El acuerdo será financiado mediante el Instrumento de Asistencia Urgente, que cuenta con fondos dedicados a la creación de una cartera de posibles vacunas con perfiles distintos y producidas por diferentes empresas.
Resultados prometedores
La vacuna experimental de AstraZeneca ya se encuentra en la fase II/III de ensayos clínicos a gran escala, después de obtener resultados prometedores en la fase I/II con respecto a la seguridad y la inducción de la respuesta inmune.
La decisión de apoyar la vacuna propuesta por esta compañía se basa en un «enfoque científico sólido y en la tecnología utilizada (una vacuna ChAdOx1 basada en un adenovirus de chimpancé recombinante no replicante), la rapidez de distribución a gran escala, el coste, el reparto de riesgos, la responsabilidad civil y la capacidad de producción para poder abastecer a toda la Unión, entre otros factores».
Los procesos reguladores serán flexibles, pero seguirán siendo rigurosos. Junto con los Estados miembros y la Agencia Europea de Medicamentos, la Comisión aprovechará la flexibilidad que ofrece el marco regulador de la Unión para acelerar la autorización y la disponibilidad de las vacunas que funcionen contra la COVID-19. Esto incluye un procedimiento acelerado de autorización y flexibilidad en relación con el etiquetado y el envasado.
Estrategia europea
La Comisión Europea presentó el 17 de junio una estrategia europea para acelerar el desarrollo, la fabricación y el despliegue de vacunas eficaces y seguras contra la COVID-19. A cambio del derecho a comprar un número determinado de dosis de vacunas en un período dado, la Comisión financiaría parte de los costes iniciales de los productores de vacunas a través de un compromiso de compra anticipada. La financiación aportada se consideraría un pago a cuenta de las vacunas que los Estados miembros compren realmente.
Dado que el elevado coste y la elevada tasa de fracaso hacen que la inversión en una vacuna contra la COVID-19 sea una decisión de alto riesgo para los desarrolladores de vacunas, estos acuerdos permitirán realizar inversiones que, de otro modo, probablemente no se producirían.
La Comisión Europea también se ha comprometido a garantizar que obtengan la vacuna todas las personas que la necesiten y en cualquier lugar del mundo, no solo en su lugar de residencia. Nadie estará seguro mientras no lo estemos todos. Por este motivo, desde el 4 de mayo de 2020, la Comisión ha comprometido cerca de 16.000 millones de euros, en el marco de la respuesta mundial a la crisis del coronavirus, la acción en todo el mundo para un acceso universal a las pruebas, los tratamientos y las vacunas contra el coronavirus, y para la recuperación mundial.
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