Bajo el lema ‘La hepatitis no puede esperar’, este miércoles, 28 de julio, se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis, una efeméride instituida en 2008 por la Alianza Mundial contra la Hepatitis (WHA) y respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para informar y concienciar a la población sobre las hepatitis virales –muy especialmente las hepatitis B y C– y sus enfermedades asociadas.

Como informa la OMS, “las hepatitis víricas inflaman el hígado y provocan diversas enfermedades graves, entre ellas el carcinoma hepatocelular. Y no podemos esperar más para actuar: cada 30 segundos fallece una persona a causa de una hepatitis vírica, incluso durante la actual crisis causada por la COVID-19. Hay cinco cepas principales de virus de la hepatitis: A, B, C, D y E. Los tipos B y C son los más comunes y ocasionan 1,1 millones de defunciones y tres millones de nuevas infecciones cada año”.

La fecha escogida para la efeméride, 28 de julio, conmemora el nacimiento en el año 1925 del doctor Baruch Samuel Blumberg, descubridor del virus de la hepatitis B galardonado en 1976 con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.

No podemos esperar más

De acuerdo con los datos de la OMS, la cifra de personas que conviven en todo el mundo con hepatitis B y C asciende a 354 millones. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que estas enfermedades son responsables cada año de más de un millón de decesos –solo en 2019, las hepatitis B y C fueron responsables, respectivamente, de 890.000 y 290.000 fallecimientos– y se encuentran detrás de dos de cada tres casos de cáncer de hígado.

La buena noticia es que, como recuerda la Organización, las hepatitis son prevenibles y tratables e, incluso, y en el caso de la hepatitis C, curable en hasta un 95% de los casos con los actuales medicamentos antivirales. Sin embargo, hasta un 80% de la población mundial con hepatitis carece de acceso a servicios para su prevención, diagnóstico y tratamiento.

Es más; un estudio llevado a cabo por la propia OMS revela que el acceso a la vacunación, pruebas diagnósticas, medicamentos y campañas de educación lograría prevenir hasta 4,5 millones de muertes prematuras en los países de ingresos bajos y medianos para el año 2030.

De ahí el lema de este Día Mundial, ‘La hepatitis no puede esperar’, con el que sus impulsores quieren hacer hincapié en la necesidad urgente de actuar para eliminar las hepatitis como amenaza para la salud pública para el año 2030.

Como incide la OMS, “no podemos esperar más para ofrecer a las personas con hepatitis tratamientos que les salven la vida, para detectar y tratar la hepatitis B en las embarazadas y prevenir así la transmisión al niño; para vacunar a los recién nacidos contra la hepatitis B; para dejar de estigmatizar y discriminar a las personas afectadas por la hepatitis, para aumentar la inversión en las organizaciones comunitarias, y para convencer a los responsables políticos de que se comprometan y actúen ahora para financiar las actividades de eliminación de la hepatitis”.

En este contexto, todos los países del mundo se comprometieron en el año 2016 a reducir las nuevas infecciones en un 90% y las muertes en un 65% para el año 2030. Y para ello resulta fundamental identificar a los pacientes que ya han contraído la enfermedad. Hoy, solo un 10% de los pacientes con hepatitis B y un 19% de aquellos con hepatitis C saben que están infectados.

Para más información sobre el Día Mundial clica aquí.

#AclaraLosPrejucios

La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) y Apoyo Positivo, miembros de Somos Pacientes, han puesto en marcha en redes sociales, con el aval de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), la campaña #AclaraLosPrejucios para informar y concienciar a la sociedad sobre las hepatitis C, B y D, fomentar la vacunación de la hepatitis B en la población adulta y la implantación de programas de microeliminación de la hepatitis C, y acabar con prejuicios existentes en torno a la hepatitis C.

Como explica Eva Pérez Bech, presidenta de la FNETH, “es el momento de poner todas nuestras fuerzas en hacer posible el objetivo de eliminación 2030 marcado por la OMS. Debemos volver a dar un impulso a los planes de microeliminación de la hepatitis C y no desviar la mirada ante la preocupante prevalencia que la hepatitis B y la hepatitis D empiezan a tener en nuestro país”.

Asimismo, como refiere Reyes Velayos, presidenta de Apoyo Positivo, “insistimos en una estrategia clara de microeliminación de la hepatitis C y seguimiento de vacunación de las hepatitis A y B, estrategias de diagnóstico precoz asociados a las exposiciones reales y a campañas de intervención en reducción de riesgos asociadas al sexo con consumo de sustancias. Es hora de caminar juntos desde las buenas prácticas para la eliminación de las hepatitis”.

Para más información sobre la campaña, que entre otros materiales informativos ofrece distintas infografías digitales sobre las hepatitis y su abordaje, clica aquí.

– A día de hoy, 4 asociaciones de pacientes dedicadas a la hepatitis ya son miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?