El 23% de la población española de más de 18 años tiene obesidad, enfermedad que está presente en el 35% de los mayores de 65 años, y que, junto a la disminución de la calidad de vida que comporta, aumenta también el riesgo de presentar otras graves dolencias como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, el síndrome de apneas-hipoapneas del sueño, y diversos tipos de cáncer, como el de colon.

Para concienciar sobre este importante problema de salud pública, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) celebraron el 14 de diciembre el XVI Día Nacional de la Persona Obesa bajo el lema ‘La obesidad nunca duerme’, una jornada que busca dar a conocer a la población general la relación entre sueño y obesidad e incidir en la importancia de dormir un número adecuado de horas para ayudar a controlar el peso y prevenir la obesidad.

Estrecha relación

«En la última década –recuerda el doctor Javier Salvador, presidente de la SEEN– se ha comprobado la existencia de una estrecha correlación entre dormir pocas horas y un mayor riesgo de ser obeso. Es por ello que para prevenir el desarrollo de obesidad en nuestra sociedad, así como para intentar que las personas obesas pierdan peso, junto a los obligados cambios del estilo de vida (alimentación y ejercicio), es necesario dormir al menos 7-8 horas diarias«.

«Se ha constatado que los niños obesos duermen menos que aquellos niños que tienen peso normal», explica el profesor Felipe Casanueva, presidente de la SEEDO. «En España, los niños duermen una media de menos de 8 horas al día, algo insuficiente y que, además, provoca otros hábitos perjudiciales con repercusión negativa en el incremento del peso corporal, como es no desayunar».

Al contrario, los niños que más duermen durante sus primeros 11 años de vida tienen un menor riesgo de ser obesos en la edad adulta, independientemente del sexo, las horas que pasan viendo la televisión, la situación socioeconómica de los padres o la actividad física que realicen. Según el doctor Albert Lecube, responsable del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN, «actualmente se considera que en los niños dormir 5 o menos horas casi duplica el riesgo de ser un adulto obeso«.

Mecanismos hormonales

La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito, y a la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasas y azúcares. Sin embargo, una sola hora de diferencia en la duración del sueño por sí sola es capaz de poner en marcha mecanismos que nos ayudarán a mantener nuestro peso. Entre ellos cabe destacar el papel de dos hormonas que se modifican con las horas de sueño, como son la leptina, que inhibe la sensación de hambre, y la ghrelina, que estimula el apetito. Así, a menor tiempo de sueño, las concentraciones de leptina disminuyen y aumentan las de ghrelina, o lo que es igual, cuanto menos dormimos más queremos comer.

«En relación a los adultos –explica el doctor Lecube–, en un estudio realizado en 68.183 mujeres adultas seguidas a lo largo de 16 años, aquellas que dormían 5 o menos horas no solo pesaban 2,47 kg más al inicio del estudio, sino que también ganaron una media de 4,300 gr más en comparación con las que dormían 7 o más horas. No solo eso, sino que las mujeres con 5 o menos horas de sueño tuvieron un 32% más de posibilidades de ganar hasta 15 kg que las que dormían 7 o más horas a lo largo del estudio». Esta diferencia persistía tras ajustar los resultados según la ingesta calórica y la actividad física.

También en adultos

Otros estudios muestran resultados similares también en los hombres y en gente mayor. Según el responsable del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN, «en personas mayores se ha observado que tanto el índice de masa corporal como el perímetro de cintura es significativamente mayor entre aquellos que duermen menos de 5 horas. En concreto, dormir menos se asocia con un aumento del perímetro de la cintura de 6,7 cm para los hombres y de 5,4 cm para las mujeres».

Dormir al menos 8 horas diarias es una más de las actitudes que deben adoptarse para intentar conseguir y mantener un peso adecuado. En palabras del doctor Lecube, «recientemente se ha comprobado por primera vez que un aumento en el número de horas de sueño modifica el peso corporal. En concreto, durante un periodo de 6 años, aumentar las horas de sueño de 6 o menos hasta 7-8 horas, se acompaña de un menor aumento del índice de masa corporal y de una menor acumulación de grasa corporal».

Pero, como recuerda el profesor Casanueva, la relación entre sueño y obesidad es bidireccional, de forma que «la obesidad es el principal factor de riesgo para desarrollar alteraciones respiratorias y apneas durante el sueño y producir una mayor somnolencia diurna».

En reconocimiento a esta labor de concienciación sobre el problema de salud que supone la obesidad que desarrollan conjuntamente ambas sociedades científicas, el pasado martes 13 de diciembre recibieron el Premio de Mejores Iniciativas de Servicio al Paciente de la Fundación Farmaindustria.

– El dato: La obesidad afecta a 150 millones de adultos y 15 millones de niños en Europa, es decir, al 20% de la población adulta y al 10% de la población infantil de nuestro continente.

– A día de hoy, cuatro asociaciones de pacientes con trastornos de la nutrición y del metabolismo pertenecen ya a Somos Pacientes. ¿Y la tuya?