El 26% de los niños españoles, cerca de 2,2 millones de menores, vive por debajo del umbral de la pobreza. Y es que, como alerta el informe ‘Infancia en España 2012-2013’, elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por primera vez los niños se convierten en el colectivo más pobre de nuestro país, así como el más afectado por la crisis económica.
En palabras de Paloma Escudero, directora ejecutiva de UNICEF España, «es imprescindible mirar más allá del corto plazo y analizar detenidamente el posible impacto presente y futuro de las decisiones que se tomen en cada momento». No en vano, y como recuerda Escudero, «los costes de no actuar ahora no sólo afectan a los niños y las familias más vulnerables, sino que comprometen el crecimiento y el bienestar de toda la sociedad a medio y largo plazo».
Cifra inédita
La cifra de niños que viven bajo el umbral de la pobreza –lo que supone menos del 60% de la mediana de los ingresos anuales por hogar– ha crecido en 205.000 menores en tan sólo dos años. Así, y estabilizada en torno al 24% desde la publicación, en 2004, de la primera ‘Encuesta de Condiciones de Vida’, ha superado por primera vez el 26%, porcentaje que supera en casi cinco puntos el referido a 2011. Según el informe, el número de hogares con niños en el que todos los adultos están desempleados ha crecido un 120% entre 2007 y 2010.
Es más; los datos también muestran que, por lo que respecta a la persistencia e intensidad de la pobreza, la pobreza crónica, aquella que sufren las personas que llevan tres de los cuatro últimos años bajo el umbral de la pobreza, ha aumentado un 53% en tres años. Y es que ya en 2010 un 13,7% de los niños vivían en hogares con un nivel de pobreza alta –familia con dos niños menores de 14 años con ingresos inferiores a 10.983 euros anuales–, un porcentaje que en la Unión Europea de los 27 solo es superado por Rumanía y Bulgaria.
Finalmente, el informe refleja que el número de familias con bajos ingresos que reciben ayuda de la Seguridad Social por cada hijo a cargo fue de más de un millón en 2011, lo que supone un crecimiento de casi 100.000 familias en los últimos dos años. Y si bien en los primeros años de la crisis los cambios en las costumbres de consumo se restringían a las actividades de ocio, en la actualidad se extienden a la educación de los niños, a la participación en actividades extraescolares e, incluso, a los gastos relacionados con la alimentación. En definitiva, como alerta Paloma Escudero, «la pobreza tiene rostro de niño«.
Apostar por la infancia
Para solventar esta situación, UNICEF propone recuperar el rostro humano del impacto que la crisis económica está suponiendo en la infancia. Y es que, como recuerda el informe, «los niños son los últimos responsables de esta coyuntura y los que menor capacidad tienen para enfrentarse a sus consecuencias».
Así, y por lo que hace referencia al factor psicológico de la situación económica, el informe destaca que los niños perciben, y en ocasiones incluso sufren, el incremento de estrés de los adultos, traducido en un aumento del nivel de tensión en las relaciones intrafamiliares que modifica las expectativas de futuro de padres e hijos. El resultado es, en numerosas ocasiones, que los niños se sientan culpables de la situación creada.
UNICEF es contundente: «se hace necesario proteger los derechos de los niños». Y dado que el coste social y económico de una no intervención a medio y largo plazo es muy alto, reclama una apuesta, urgente e importante, por la infancia. «Las políticas de la infancia han de volver a la agenda política«.
Plan Nacional
En aras de mejorar los derechos de la infancia, Escudero solicita que se sigan los pasos tomados con otros colectivos, caso de la tercera edad o las víctimas de violencia de género. «Se ha comprobado que con políticas adecuadas la situación de estos colectivos ha mejorado cuando se han incluido en la agenda política», defiende la directora de UNICEF España.
Más concretamente, la organización propone una serie de iniciativas para mejorar los derechos de los menores: proteger las inversiones destinadas a la infancia; situar a los niños y sus familias en el núcleo de las decisiones políticas; mejorar la coordinación, la eficacia y la coherencia en la gestión de la salud, la educación, la protección de la infancia y la lucha contra la pobreza; y elaborar un Plan Nacional contra la Pobreza Infantil.
– ¿Quieres consultar el informe ‘Infancia en España 2012-2013’?