La prevención de la diabetes y de sus complicaciones asociadas, caso de las enfermedades cardiovasculares, tiene que acentuarse durante la adolescencia. Así lo ha señalado la Dra. Cristina Rabadan-Diehl, subdirectora de la Oficina de Salud Global del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre de Estados Unidos en el marco del XI Congreso Internacional de la Federación Europea de Medicina Interna (EFIM), celebrado en Madrid.
En palabras de la Dra. Rabadan-Diehl, «en la edad adulta pasa una década desde que se identifica a un prediabético y finalmente desarrolla la enfermedad. Sin embargo es mucho más rápido en los jóvenes, por lo que deben fomentarse los hábitos saludables, como son las dietas equilibradas y la práctica de ejercicio físico con el objetivo de prevenir la obesidad y, por ende, la diabetes». Pese a ello, y según los datos presentados en este Congreso, más de un 50% de los jóvenes españoles aseguran no realizar ningún ejercicio físico.
Binomio mortal
En la misma línea, el Dr. Pedro Conthe, presidente ejecutivo del Comité Organizador del Congreso, ha destacado «la importancia de un tratamiento preventivo en la población y en los primeros estadios de la diabetes, para que el paciente no vea mermada su calidad de vida, al desarrollar, por ejemplo, una cardiopatía».
El 80% de las enfermedades crónicas «se pueden prevenir con el tratamiento de sus factores de riesgo y para ello hay que establecer herramientas individuales, pues cada paciente es un mundo«, ha recordado el especialista español.
Así, y por lo que respecta específicamente a la diabetes, «si bien el paciente debe ser siempre responsable de su salud, en la diabetes su empoderamiento cobra mayor importancia», ha resaltado el Dr. Conthe, para quien «no solo se trata de la expectativa de vida de los pacientes, sino de su calidad; se trata que cambiar el ‘chip’ de la diabetes y aún queda mucho por hacer en el campo de la prevención». «Por ejemplo, hay que cambiar la idea de que la medicina solamente es curativa y hacerla también preventiva, pues la obesidad y el sedentarismo constituyen un binomio mortal», añadió Conthe.
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