La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), a través de su Grupo de Trabajo de Abordaje al Tabaquismo (GAT), ha elaborado un documento de posicionamiento en el que solicita al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad  que los cigarrillos electrónicos sean regulados como el resto de productos de tabaco y, en consecuencia, prohíba su consumo en todos los lugares públicos cerrados.

El pasado mes de diciembre, Sanidad acordó con las comunidades autónomas la prohibición en todo el territorio nacional del consumo de cigarrillos electrónicos en zonas infantiles, centros escolares, centros sanitariostransporte público y en el ámbito de las administraciones públicas –muy especialmente en las zonas de atención al ciudadano.

Sin embargo, y a juicio de la semFYC, “se debería informar de los peligros para los niños y limitar su publicidad, tal y como está vigente en la actual Ley Antitabaco. Y asimismo, el Ministerio debería ampliar lo antes posible su prohibición a todos los lugares públicos cerrados, ya que representan un riesgo para la salud pública y pueden ser una puerta de entrada al consumo entre los más jóvenes”.

Su seguridad y eficacia no está avalada

Como recuerda la semFYC, a día de hoy no hay estudios que demuestren la seguridad de los cigarrillos electrónicos ni su eficacia para dejar de fumar, razón por la que considera que necesario investigar para validar su consumo. “Pero incluso antes de seguir investigando, sería preciso garantizar científicamente el contenido del líquido que se vaporiza. Y es que la actual ausencia de supervisión de la autoridad sanitaria facilita que haya una variabilidad significativa entre los dispositivos, y la administración y cantidad de nicotina”, lamenta la doctora Ana María Furió, coordinadora del GAT.

De hecho, y a partir de los estudios realizados puede concluirse que “no se sabe si los cigarrillos electrónicos son más seguros que los clásicos; se deben evaluar los efectos de las diferentes sustancias que llevan, y la inhalación de éstas varias veces al día durante meses o años; no se conocen los riesgos para la salud del vapor emitido, aunque todo apunta a que contienen productos tóxicos para la salud”, incide la semFYC.

Es más; a todo ello se aúna que los cigarrillos electrónicos representan un riesgo para la salud pública, pues pueden significar una puerta de entrada al consumo de tabaco entre los jóvenes y una vuelta a la normalización del tabaquismo, así como convertir a los ex fumadores en consumidores de estos productos, evitando la abstinencia completa y exponiendo su salud a un nuevo y desconocido tóxico”, concluye la Sociedad.

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