La inversión en telemedicina y la mejora de la interoperabilidad de los sistemas de información, muy especialmente de las historias clínicas digitales, a nivel tanto intra como intercomunitario deben constituir las principales prioridades del proceso de transformación digital del Sistema Nacional de Salud (SNS). Más aún cuando las comunidades autónomas solo destinan en la actualidad el 7% y el 5% de los fondos europeos para la digitalización sanitaria a, respectivamente, la telemedicina y la interoperabilidad. Así lo muestran las conclusiones del informe ‘Observatorio de la Atención al Paciente 2023’, elaborado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y presentado ayer, 12 de diciembre, en Madrid.

Concretamente, este estudio profundiza en la situación y retos del proceso de digitalización del SNS, con especial foco en su implantación en el abordaje de la cronicidad, y propone distintas estrategias para su mejora.

Carina Escobar, presidenta de la POP, ha destacado que “la cronicidad es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el sistema, y la salud digital debe contribuir a mejorar su abordaje y manejo. La personalización y accesibilidad de la información a través de tecnologías digitales supone una oportunidad para que los pacientes podamos gestionar mejor nuestra salud, corresponsabilizarnos y tomar decisiones informadas sobre nuestros tratamientos”.

En la misma línea, ha explicado Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, “la salud digital debe ser un elemento de cohesión dentro del SNS que genere oportunidades de consenso dentro y entre las comunidades. Para ello es necesario mejorar la interoperabilidad de la información, pues si bien existen grandes herramientas, muchos profesionales y pacientes no son conscientes de los servicios disponibles”.

Trece retos

La edición 2023 del ‘Observatorio de la Atención al Paciente’ (OAP) incluye los resultados de un sondeo realizado entre gestores sanitarios de 13 comunidades y ciudades autónomas y de la reflexión del Comité Asesor de la POP, integrado por sociedades médicas, colegios profesionales y autoridades.

En el OAP 2022, las regiones encuestadas ya apuntaron la necesidad de llevar a cabo esta transformación digital para orientar el modelo asistencial hacia uno centrado en las prioridades de las personas con enfermedad crónica compleja. Este proceso de digitalización continúa representado un desafío para el SNS, que se refleja en el hecho de que los planes de salud autonómicos recientemente aprobados lo integren como eje trasversal y motor de la trasformación del sistema.

Aun así, queda mucho camino por recorrer. La nueva edición del OAP incluye hasta 13 retos en el proceso de digitalización enmarcados en cuatro áreas principales:

Planificación. Solo seis de las 13 comunidadesplan o estrategia específico para la transformación digital de su actual modelo de atención.

Interoperabilidad de la historia clínica digital, notablemente mejorable no ya solo entre niveles asistenciales de la misma región y entre distintos territorios, sino también entre el sistema sanitario y el social.

Historia clínica digital en la que se priorizan los datos clínicos en detrimento de los datos sociales de salud.

Telemedicina, identificada por la mayoría como la principal prioridad en la transformación digital del SNS para atender a las demandas de la población con enfermedad crónica.

Reducir la brecha digital

Asimismo, y en aras de lograr el acceso equitativo a la atención sanitaria, el informe también destaca la necesidad de reducir la brecha digital, de fomentar la videoconsulta y la telemonitorización, y de incluir nuevas herramientas de telemedicina adaptadas a las personas con enfermedades crónicas. Todo ello sin olvidar la importancia de promover una digitalización centrada en la experiencia y necesidades particulares de los pacientes, cuyo foco no resida únicamente en la eficiencia y la precisión clínica, sino también en la personalización.

En este contexto, ha apuntado Pedro Carrascal, director general de la POP, “los pacientes y las organizaciones que los representan juegan un papel clave en la recogida de la información clínica y de la calidad de vida que debe sistematizarse en la historia clínica de datos para garantizar una atención integral y centrada en los pacientes crónicos”.

Finalmente, la jornada se ha cerrado con un coloquio sobre la situación de la salud digital en el SNS en el que participaron, además de Carina Escobar, los consejeros de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández; Cantabria, César Pascual, e Islas Baleares, Manuela García.

Como ha reconocido Pascual, “hasta hace muy poco, la salud digital tenía muy poca relevancia. Ha sido a raíz de la pandemia que ha empezado a crecer. Lo importante es que la inversión siga un recorrido exponencial”. De hecho, como ha apuntado Jesús Fernández, “la sociedad, el trabajo de las comunidades y el Estado estamos empujando para que la salud digital sea una disciplina”, siendo a su juicio los principales retos la incorporación a la historia clínica de los datos sociodemográficos y la educación de los pacientes y profesionales en digitalización. No en vano, ha recordado Manuela García, “la brecha digital no es solo para los pacientes, también es para los profesionales. La incorporación de una manera de trabajar diferente lleva su tiempo”.

Javier Padilla puso fin a la jornada destacando que “desde el punto de vista del Ministerio de Sanidad, una de las cosas que se han llevado a cabo con mayor solvencia en los últimos años es la estrategia de salud digital, con casi 900 millones de euros de inversión”.

Para leer el informe pincha aquí.