La participación de los pacientes en los ensayos clínicos es cada vez mayor. Una participación, además, que resulta cada vez más común desde las primeras fases de los estudios y que permite aproximar su diseño a las necesidades reales. Así lo han puesto de manifiesto los expertos participantes en la decimotercera edición de los ‘Desayunos POP’, foro de debate organizado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) bajo el título ‘Nuevos paradigmas en investigación clínica: Un compromiso de todos los agentes’.
En palabras de Carina Escobar, presidenta de la POP, “los pacientes cada vez estamos más preparados para entrar en las fases iniciales de los ensayos, pero es verdad que necesitamos que los tiempos se acorten y que se haga con calidad. Hay muchos datos, pero tienen que utilizarse bien. También es necesario que los pacientes se puedan mover entre comunidades y contar con más información, que en momentos de incertidumbre es necesaria”.
El encuentro, organizado con el apoyo de Amgen, ha abordado distintos temas relacionados con la investigación clínica, caso del papel de los pacientes y sus asociaciones, el diseño de los ensayos o los procesos de autorización y supervisión.
En el foro ha quedado de manifiesto la importancia de incorporar una visión integrada y coordinada de la investigación con la participación y compromiso de todos los agentes implicados. Y como incidió Escobar, “los pacientes, al igual que el resto de protagonistas, tenemos que estar presentes de forma activa en todas las fases del proceso”.
Amelia Martín, directora asociada de Investigación de Farmaindustria, ha apoyado este punto de vista y ha recordado que “la industria farmacéutica están pasando de investigar para los pacientes investigar con los pacientes. Contar con su rol activo es muy importante”.
En esta misma línea resaltó que “en los dos últimos años han visto la luz dos guías orientadas a reforzar la participación de los pacientes –adultos y pediátricos– en los procesos de I+D de nuevos medicamentos, ambas impulsadas por Farmaindustria y realizadas en colaboración con representantes de clínicos, investigadores y, por supuesto, pacientes”.
La doctora Eva Bermejo, directora del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha puesto en valor como el proceso de I+D de las vacunas para la COVID-19 ha abierto nuevos paradigmas en la investigación que pueden beneficiar a otros campos de la medicina gracias a la compartición de datos y a la agilización de procesos: «En el mundo de las enfermedades raras cada día que pasa es un día precioso, que hemos perdido o ganado en la evolución de la persona y que, incluso, puede determinar su supervivencia. Por tanto es fundamental contar en el desarrollo de la I+D de nuevos medicamentos con esas habilidades que se han adquirido gracias a la trágica experiencia de la COVID-19″.
España sigue consolidándose como uno de los líderes mundiales en investigación clínica. Y es que, como recoge el Registro Español de Estudios Clínicos (REEC), nuestro país cerró 2021 con 997 nuevos ensayos en marcha, una cifra similar al récord histórico alcanzado en 2020.
La razón por la que nuestro país se ha situado en los últimos años entre los países europeos con mejores condiciones para el desarrollo de ensayos se explica no solo por el nivel científico de nuestros profesionales, la excelencia del sistema sanitario y el apoyo de la Administración, sino también por la creciente implicación de los pacientes y la inversión de la industria. De hecho, cerca de un 80% de estos estudios son promovidos por compañías farmacéuticas, y para muchas de ellas España es, tras Estados Unidos, el segundo país elegido para desarrollarlos.
Los primeros beneficiarios de los ensayos clínicos son los pacientes, que gracias a ellos pueden tener acceso temprano a los tratamientos más innovadores.
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