La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), junto a 47 sociedades científicas y asociaciones de pacientes, han elaborado la primera ‘Guía clínica para la atención al paciente COVID persistente/Long COVID’, documento de consenso para facilitar la atención de las personas afectadas por el SARS-CoV-2 de larga duración, es decir, que presentan signos y síntomas que se desarrollan durante o después de una infección compatible con la COVID-19 y que se mantienen durante más de 4-12 semanas y no se explican por un diagnóstico alternativo.
La Guía ya ha sido remitida al Ministerio de Sanidad, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y como indica la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), responsable de la coordinación del documento junto a los colectivos de pacientes LONG COVID ACTS, “solicitamos su valoración e integración en los protocolos de asistencia del Sistema Nacional de Salud (SNS) para que así los profesionales sanitarios la tengan como documento de base a la hora de atender en sus consultas a pacientes afectados por sintomatología COVID-19 de larga duración y estos no se sientan ‘huérfanos’ de asistencia, como ha ocurrido desde que comenzó la pandemia”.
Paciente en el centro
La Guía, cuyo objetivo es apoyar la toma de decisiones de los profesionales sanitarios para mejorar la atención de los afectados, nace como un documento dinámico que se actualizará según las pruebas disponibles. Un manual que resulta útil tanto para los pacientes, dado que aporta valor a la asistencia que van a recibir, como para los profesionales, pues consensúa unas directrices comunes para garantizar una atención adecuada.
Como explica la POP, “consideramos fundamental realizar una asistencia compartida entre los diferentes niveles asistenciales y especialistas que intervienen en su atención, en cuyo centro se sitúe siempre al paciente, al lado de los profesionales de atención primaria, que serán sus referentes”.
Recomendaciones
Para ello, el documento, además de una definición, hipótesis, etiopatogenia y caracterización clínica de la COVID persistente, incluye una serie de recomendaciones en relación a las pruebas de laboratorio, pruebas de imagen y complementarias, valoración de comorbilidades y situación funcional y social de los afectados.
Por su parte, y por lo que respecta al abordaje terapéutico, el documento aborda las posibles dianas terapéuticas y pruebas científicas, los tratamientos específicos o sistémicos, los tratamientos destinados a restablecer el equilibrio y los tratamientos locales o sintomáticos, así como la vacunación.
Finalmente, y por lo que refiere al seguimiento de los afectados, incluye también recomendaciones para el paciente, los programas de seguimiento en primaria, los criterios de asistencia compartida y apuesta por el trabajo multidisciplinar e interconsulta desde el primer nivel asistencial.