La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) reclama al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas acabar con los retrasos y las cancelaciones de consultas y terapias de los pacientes crónicos para así garantizar su salud tras una pandemia y una pospandemia en la que los servicios sanitarios aún no han recuperado su normalidad.

Como alerta Carolina Escobar, presidenta de la POP, “la pandemia ha complicado la situación de salud y seguridad de los pacientes debido a los retrasos, cancelaciones de consultas y terapias, así como al aumento de las listas de espera, algo a lo que se ha sumado, además, la falta de continuidad asistencial. Si antes necesitábamos un sistema mucho más flexible y adaptado a la complejidad del paciente crónico, ante esta nueva realidad esta necesidad se ha vuelto urgencia”.

La falta de continuidad asistencial conlleva un empeoramiento de la salud de muchas personas con patologías crónicas. De hecho, como muestran los resultados de la tercera fase del Estudio del Impacto de la COVID-19 en las personas con enfermedad crónica’ realizado por la POP, hasta un 42,8% de los pacientes manifestaron haber experimentado un empeoramiento de su salud o la aparición de nuevos síntomas desde el inicio de la pandemia.

Es más; los resultados también muestran que durante el periodo comprendido entre el 19 de mayo y el 14 de junio de 2021, el 64% de los pacientes a los que se les programó una prueba diagnóstica tuvieron que esperar una media de dos meses para realizarla; y el 43,3% recibió un nuevo diagnóstico una vez transcurrida una media de 117 días desde el inicio de su empeoramiento.

Continuidad asistencial

Para Escobar, “estos datos son un riesgo para la seguridad de las personas con enfermedad, que están sufriendo de manera directa las carencias en los procesos y en las metodologías necesarias para minimizar el riesgo de sufrir cualquier evento adverso en el proceso de atención de su salud. Debemos mitigar las consecuencias de estas situaciones, sobre todo en el caso de las personas más vulnerables. ¿Cómo vamos a garantizar la seguridad del paciente si no le estamos tratando, si no le ofrecemos una continuidad y coordinación asistencial adecuadas? Esta es la clave”.

Por ello, la Plataforma reclama una continuidad asistencial que esté presente en los diferentes niveles y servicios que necesite la persona con enfermedad, muy especialmente en relación a la atención domiciliaria u hospitalaria, sobre todo en los casos de larga estancia; la reorganización e inversión en atención primaria y comunitaria, así como en asistencia para las necesidades emocionales y de salud mental de todas las personas que conviven día a día con la enfermedad en una crisis como la actual; y que, de una vez por todas, se alcance un compromiso político para retomar la atención sanitaria.

Como concluye su presidenta, “es necesario apostar por la cogobernanza en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para que se tenga en cuenta la participación de las asociaciones de pacientes; retomar y agilizar la atención sanitaria a las personas con enfermedad crónica o a la espera de un diagnóstico; y garantizar el acceso a los tratamientos, eliminando las trabas administrativas –caducidad de la receta, visados, etc.– y dotando de recursos necesarios al sistema, teniendo en cuenta las limitaciones de movilidad y el contexto social de las personas con enfermedad”.