Numerosas asociaciones de pacientes de todo el país han felicitado al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad por su decisión, comunicada en la tarde del lunes, de paralizar los copagos en el transporte sanitario no urgente, ortoprotésico y dietoterápico. Una suspensión que el movimiento asociativo ha calificado como «responsable«, por lo que solicitan que se haga extensiva al resto de medidas de austeridad que, caso del copago hospitalario, resultan «totalmente desproporcionadas«.

Así, la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), miembro de Somos Pacientes, considera que la medida adoptada por Sanidad «es muy importante, puesto que los recortes y los nuevos copagos y tasas activados por las diferentes Administraciones ya han incidido repetidamente sobre este sector, el cual requiere mayores apoyos institucionales«.Por tanto, y tras calificar la medida como responsable, CEAFA espera que «continúe la tendencia de las Administraciones de no aplicar medidas de austeridad y recortes sociales totalmente desproporcionados«.

‘Se ha impuesto la cordura’

Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (Federación ALCER), miembro de Somos Pacientes, refiere en relación a la paralización de los copagos pendientes que, «finalmente, se ha impuesto la cordura y la propia ministra de Sanidad ha asegurado en el Consejo Asesor su firme decisión de no regular esta opción de copago por considerar que no cumple con los criterios de sostenibilidad y disuasorios que en un principio se pensaron necesarios».

Por ello, como explica Alejandro Toledo, presidente de Federación ALCER, «desde la Federación nos congratulamos de esta decisión, que da la razón a nuestras argumentaciones e impone la cordura afianzando aún más la intención de nuestra entidad de trabajar conjuntamente con las Administraciones Sanitarias por la calidad y sostenibilidad del tratamiento renal sustitutivo que la Sanidad Pública ofrece a los pacientes renales y sus familias».

Asimismo, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), miembro de Somos Pacientes, ha mostrado su satisfacción por la decisión de Sanidad, a la par que ha solicitado que tampoco aplique el copago de medicamentos de dispensación en farmacias hospitalarias.

De hecho, y con la suspensión de los copagos pendientes, la Confederación considera atendidas sus reivindicaciones y las del sector de las personas con discapacidad, cuyo consenso en contra de la puesta en marcha de medidas pudieran perjudicar «aún más las exiguas economías de muchas personas de nuestro colectivo era extraordinariamente amplio«.

Por tanto, y como refiere Mario García, presidente de COCEMFE, «esperamos que continúen esta tendencia las Administraciones que están aplicando medidas de austeridad y recortes sociales totalmente desproporcionados y que podrían perjudicar gravemente la salud de las personas con discapacidad física y orgánica al poner en peligro la correcta continuidad de sus tratamientos«.

No al copago hospitalario

Finalmente, y entre otras asociaciones, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), miembro de Somos Pacientes, también ha manifestado su satisfacción con la decisión adoptada por Sanidad, solicitando asimismo la eliminación del copago que afecta a los medicamentos que se dispensan en las farmacias hospitalarias dado que «afecta sobre todo al tratamiento de enfermedades oncológicas o sus efectos secundarios«.

Como recuerda la AECC, «el copago en medicamentos dispensados en farmacias hospitalarias supondría incrementar la vulnerabilidad de los enfermos más graves. Y es que la mayoría de los enfermos a los que se aplican estos tratamientos son pacientes con enfermedad avanzada metastásica».

Todo ello sin olvidar que más de la mitad de los fármacos afectados por la medida carecen de alternativa terapéutica. Y en los casos en los que la alternativa gratuita se encuentra disponible, se trata de medicamentos «significativamente menos eficaces para preservar la calidad de vida de los pacientes y conllevan procedimientos para su administración que incrementarían el gasto sanitario«.

En definitiva, concluye la AECC, «estos fármacos son la única posibilidad que tienen para frenar la progresión la enfermedad y poder vivir con la mejor calidad de vida posible. Son pacientes que han de tomar esta medicación de por vida, hasta progresión de la enfermedad o aparición de intolerancia al medicamento».