El 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis, una infección respiratoria que sigue causando multitud de muertes en el mundo: 1,3 millones de personas fallecieron por esta causa en 2022, último año estudiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante ese año, en España se registraron unos 3.700 casos y cerca de 200 fallecimientos (por tuberculosis o por otra causa mientras se padecía esta patología), según datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III.

Día Mundial de la Tuberculosis

«La incidencia sigue el mismo patrón en todo el mundo. Se ha mantenido estable en los últimos años, con un ligero descenso tras la pandemia, al no poderse diagnosticar y atender todos los casos por la covid-19. Y posteriormente un repunte, por lo que la incidencia ha vuelto a igualarse», comenta Zoran Stojanovic, neumólogo en la Unidad de Tuberculosis Pulmonar del Hospital Germans Trias i Pujol (Barcelona).

Mejorar el diagnóstico

El también investigador de Barcelona Respiratory Network (BRN) asegura que existen varios retos a resolver que ayudarían a reducir estas cifras. Por un lado, es necesario mejorar el diagnóstico en la población sin recursos e inmigrante, con test rápidos y estudios de contactos.

Por otro, hay que atender de manera adecuada a este grupo poblacional, que está en situación desfavorecida o que vive en zonas rurales poco accesibles. Y, por último, deben desarrollarse nuevos fármacos antituberculosos, y administrar nuevas combinaciones terapéuticas que permitan contrarrestar la tuberculosis multirresistente.

«Debemos diseñar maneras más simplificadas, económicas y rápidas para diagnosticar la tuberculosis y que se puedan distribuir en cualquier lugar», asegura el investigador. Algo similar al test de antígenos de la covid-19 que permita hacer una primera detección a partir de una gota de saliva o mucosidad.

Herramientas de este tipo son esenciales para mejorar el diagnóstico, poner un tratamiento al paciente de forma rápida y cortar la propagación de la enfermedad con fármacos profilácticos para los contactos que podrían estar infectados. Hablamos de una patología que es tratable en nuestro país y que si se detecta a tiempo, se puede atajar y salvar vidas.

Prevención

Además del abordaje farmacológico, existen factores de riesgo que deben tenerse en cuenta para prevenir la aparición de la tuberculosis. Según Ernesto Jaramillo Betancur, médico miembro del Departamento Programa Global de Tuberculosis de la OMS, además de la desnutrición y la pobreza extrema, es importante no perder el foco en aquellos pacientes con diabetes o con sistemas inmunológicos debilitados por el VIH. Y tampoco en aquellos en los que se detecta un consumo abusivo de alcohol y/o tabaco.

Jaramillo advierte además de que una vez controlada la enfermedad es importante hacer un seguimiento de sus secuelas. «El 25% siguen afectados por problemas de salud mental, depresión, ansiedad, psicosis, etc. Y un 24% con comorbilidades pulmonares, de los cuales el 10% tiene una pérdida severa de la función pulmonar».