La Fundación Gaspar Casal y Organon han diseñado el Mapa de Salud con Perspectiva, una herramienta interactiva de acceso libre con la que se pueden visualizar diferencias entre hombres y mujeres en la atención sanitaria. A través de esta web se pueden visualizar datos comparativos de morbilidad y mortalidad por patologías diferenciados por géneros a nivel provincial, autonómico y nacional, basándose en fuentes públicas.

El Mapa ha sido presentado en la I Jornada Genusal, organizada por la Universidad de Salamanca (USAL) con el lema ‘Impulsando la perspectiva de género en salud’, que ha reunido a diversos expertos nacionales e internacionales para reflexionar sobre las diferencias entre hombres y mujeres en el entorno asistencial. Y, sobre todo, para presentar iniciativas que ayuden a evitar esos sesgos que influyen negativamente en la salud de las mujeres.

Así lo recordó María Teresa Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante. «Múltiples enfermedades tienen una expresión clínica diferente en hombres y mujeres, y no considerarlo produce sesgos de género asistenciales en perjuicio de las mujeres».

Cardiopatías y enfermedades pulmonares

Un ejemplo lo aportó Pedro Luis Sánchez, catedrático de Cardiología de la USAL. Éste aseguró que sólo el 15% de las mujeres realizan rehabilitación cardiovascular después de un infarto, frente al 80% de los hombres. Los motivos: ponen por delante las obligaciones diarias, o tienen dificultades para trasladarse todos los días al hospital. Sin embargo, no se tienen en cuenta este tipo de condicionantes en las estrategias de tratamiento.

Miguel Barrueco, profesor emérito del Departamento de Medicina de la USAL también hizo referencia a diferencias patentes en las enfermedades pulmonares. «En el diagnóstico a veces se atribuyen en mujeres síntomas de estrés o depresión, lo que repercute negativamente en el correcto diagnóstico de la enfermedad».

Impacto del condicionante social

Para revertir esta situación, los participantes recomendaron tener en cuenta tanto las diferencias biológicas como la realidad sociocultural y laboral, y como todo ello impacta de forma directa en la atención que se recibe. «Hasta mediados del siglo XX las medidas de salud laboral no incluían los malestares de las trabajadoras, excepto aquellos problemas derivados de la maternidad o el parto», afirmó Soledad Murillo, socióloga experta en políticas de género.

Ésta explicó también que su rol habitual de cuidadoras de personas dependientes aún no está considerado un factor de riesgo. Y recordó que siguen siendo ellas las que solicitan la inmensa mayoría de las excedencias por cuidado de hijos u otros familiares, entre un 80% y un 90% según los datos del Ministerio de Trabajo.

También participaron representantes de tres organizaciones de pacientes: la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario (Asaco); la Asociación de Personas con Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de Salamanca (Afibrosal); y la Asociación Plaza Mayor de Ayuda a la Mujer, también de Salamanca.

Las tres coincidieron en la idea de que enfermedades como las suyas, exclusivas o que se dan de forma muy mayoritaria en las mujeres, tienen tratamientos poco eficientes y diagnósticos tardíos porque los hombres no las sufren. Y pusieron como ejemplo el hecho de que prácticamente el 80% de los cánceres de ovario se diagnostican en fases tardías y con mal pronóstico.

Por su parte, Atanasio Pandiella, miembro del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) recordó que faltan estudios que tengan en cuenta el género en la investigación básica, tanto in vivo como in vitro. Además, habló de la dificultad de trabajar con una correcta proporción de animales de los dos sexos.

En el Mapa de Asociaciones de Somos Pacientes se pueden encontrar multitud de organizaciones de mujeres. Puedes encontrarlas pinchando en el siguiente enlace.