La pandemia está teniendo un enorme impacto económico-laboral, sanitario, psicológico y científico en los pacientes de cáncer, población ya de por sí muy vulnerable. De hecho, no solo la petición de ayudas económicas a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) se ha duplicado durante el Estado de Alarma con respecto al mismo periodo del año anterior, sino que más de una tercera parte de los pacientes han sufrido ansiedad y depresión durante el confinamiento.
Como alerta la Asociación, “los posibles aplazamientos en los tratamientos, retrasos en las pruebas, consecuencias del confinamiento y la paralización del país para ganar a la COVID-19 están provocando una emergencia en cáncer para la que hemos de estar preparados y hacerle frente. Una alerta que ya hemos hecho llegar al Gobierno y a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica con el objetivo de que se tenga en cuenta la situación de la vulnerabilidad de esta población, se diseñen medidas ajustadas a sus necesidades y se proteja a las familias”.
Emergencia psicológica
El estudio ‘Malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento de la COVID-19’, desarrollado por el Observatorio del Cáncer de la AECC con la participación de 2.293 pacientes, muestra que hasta un 67% –frente a un 58,9% en la población general– se muestran ‘muy preocupados’ por la pandemia, muy especialmente por el riesgo de contagio, las posibles complicaciones por la inmunodepresión cuando se encuentran en terapia o los problemas en la capacidad sanitaria para recibir un tratamiento óptimo.
Un estudio cuyos resultados, presentados en el marco de la Semana Europea Contra el Cáncer –del 25 al 31 de mayo–, también señalan que el 34,3% de la población con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante el confinamiento, siendo las principales causas de estos problemas de salud mental el empeoramiento de la situación económica, la contaminación informativa y la gestión de la información, el miedo al contagio y los retrasos en las pruebas.
Belén Fernández, responsable del Observatorio, destaca que este trabajo “revela que los pacientes más susceptibles a padecer trastornos de ansiedad y depresión son aquellos adultos de entre 18 y 24 años recién diagnosticados, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a los 1.100 euros, y con dificultad para gestionar la información en el contexto de la COVID-19”.
Esta investigación contará con una segunda fase en la que, dentro de seis meses, se evaluarán y compararán los resultados obtenidos con la presencia de estrés postraumático y variables asociadas una vez finalizado el confinamiento.
Emergencia económica
Junto a la emergencia psicológica, la AECC prevé que surja una emergencia social, científica y sanitaria. De acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, la pandemia destruyó en sus primeros dos meses más de 816.000 empleos en nuestro país. Una realidad que, sumada al incremento de las demandas de ayudas a la Asociación, hacen prever un escenario de emergencia económica y laboral nunca visto, con un aumento significativo del paro entre las personas afectadas por cáncer.
Como concluye la AECC, “de las 100.000 personas en edad laboral que son diagnosticadas cada año en España, algo más de 27.000 entraban en riesgo de exclusión antes de la crisis provocada por la COVID-19. Además, del coste total del cáncer, estimado en nuestro país en 19.300 millones de euros, el 45% es asumido por las familias, es decir, cerca de 8.700 millones. Esta crisis está teniendo un grave impacto económico y social, con un aumento de población en paro o ERTE y/o en situación de pobreza, por lo que cabe esperar un incremento del número de personas con cáncer en riesgo de exclusión”.
– A día de hoy, 84 asociaciones de pacientes dedicadas al cáncer ya son miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?