El porcentaje de pacientes renales menores de 65 años que se vacuna contra la gripe es de únicamente un 29%. Así lo muestran los datos de la campaña 2011-2012 de vacunación antigripal del Grupo de Estudio de la Gripe (GEG), que a su vez recuerda que el objetivo mínimo marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este colectivo de pacientes es de un 75%.
Como recuerda el Dr. José Portolés, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), «los pacientes con enfermedad renal crónica, y muy especialmente las personas con trasplante de riñón, suelen tener un cierto grado de inmunosupresión, lo que condiciona una mayor sensibilidad y los hace más vulnerables al virus de la gripe, aumentando así el riesgo de complicaciones«.
Es más; los pacientes en diálisis tienen por lo general una edad avanzada, una elevada tasa de comorbilidades y un alto índice de hospitalización –cercano a un episodio anual–, razones por la que su inmunización frente a la gripe resulta ciertamente necesaria.
Ampliar la cobertura
Para revertir esta situación, el ‘Consenso 2012 de Vacunación de los grupos de riesgo frente al virus de la gripe’ elaborado por distintas sociedades científicas –la SEN y el GEG entre las mismas– ha solicitado fomentar la ampliación de la cobertura vacunal antigripal al conjunto de pacientes con enfermedad renal.
En palabras del Dr. Ramón Cisterna, coordinador del GEG, «el objetivo es que la vacunación en los grupos de riesgo, caso del de los pacientes renales, se convierta en rutinaria para que ningún paciente manifieste complicaciones de su enfermedad o desarrolle otras patologías por no haber sido informado de su riesgo en caso de contraer gripe o no haber sido inmunizado frente a ella».
En este contexto, los datos del Gripómetro revelan que solo un 24,8% de los pacientes renales inmunizados solicitó la vacuna ‘por convicción propia’. Y es que hasta un 73% de los casos decidió vacunarse gracias a las recomendaciones de una tercera persona.
Los datos, en definitiva, «reflejan la necesidad de una mayor implicación activa de todos los profesionales sanitarios, no solo los médicos de Atención Primaria, para que informen y recomienden la vacunación a todos los pacientes con un riesgo alto de contraer la gripe; y en paralelo, los propios pacientes también deben pedir a sus facultativos de forma proactiva la vacuna antigripal», concluye el Dr. Cisterna.
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