Asociaciones de pacientes y sociedades científicas han firmado el documento ‘Unidos por el plasma’ para solicitar al Gobierno el diseño y puesta en marcha de una estrategia que garantice el suministro de plasma, necesario para la elaboración de tratamientos absolutamente imprescindibles para la supervivencia de millares de personas con enfermedades raras y crónicas.
Como explican los firmantes del documento, “queremos que las autoridades sanitarias adquieran conciencia de la necesidad de tomar medidas a corto, medio y largo plazo, mejorando la infraestructura existente y potenciando un sistema de recolección cohesionado, para garantizar la suficiencia del plasma ahora y en el futuro. Y asimismo, que se visibilice el problema y se incentive la donación directa de plasma por parte de la ciudadanía”.
Concretamente, los firmantes del documento son la Asociación Española de Déficits Inmunitarios Primarios (AEDIP), la Asociación Alfa-1 de España, la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), la Federación Española de Hemofilia (FEDHEMO), la Asociación Española de Angioedema Familiar (AEDAF), miembros de Somos Pacientes, la Asociación GBS|CIDP España Polineuropatías Inmunomediadas (GBS|CIDP España), la Federación Española de Donantes de Sangre (FEDSANG), la Sociedad Española de Inmunología (SEI), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
Insuficiencia de plasma
El plasma sanguíneo es el componente de la sangre que contiene las proteínas esenciales de defensa –inmunoglobulinas, albúmina, alfa globulinas e inmunoglobulinas hiperinmunes– y factores de coagulación, razón por la que su uso en medicina, de por sí muy extendido, es cada vez mayor a medida que se desarrollan nuevas terapias. Un plasma cuya disponibilidad ha disminuido en nuestro país en los últimos años, teniéndose que importar la mitad de los medicamentos derivados de plasma –principalmente de Estados Unidos.
Como alertan los firmantes del documento, “esta enorme dependencia del exterior genera una situación de riesgo de insuficiencia cuyas consecuencias ya estamos padeciendo en 2021, debido a la baja recolección en 2020 provocado por la pandemia de la COVID-19. Y es que la escasez provocada por la alta dependencia exterior obliga a priorizar pacientes y retrasar el tratamiento”.
Por otro lado, el plasma obtenido a partir de las donaciones de sangre no es suficiente para abarcar las necesidades de los pacientes. Y a ello se aúna que la donación directa de plasma –plasmaféresis– es muy escasa. De hecho, hay muchas personas que no saben que pueden donar plasma porque no hay campañas de concienciación adecuadas.
Es más; en nuestro país existen problemas estructurales de recolección, gestión y administración de los medicamentos derivados de plasma, requiriéndose un esfuerzo en planificación e inversión en infraestructuras y recursos para la donación.
Por todo ello, concluyen los firmantes, “en vista de la necesidad de acción hemos constituido un grupo de trabajo multidisciplinar para abordar los problemas urgentes y estructurales de nuestro sistema de donación y gestión del plasma. El grupo de trabajo elaborará en los próximos meses recomendaciones de acción concretas a corto, medio y largo plazo que se trasladarán a las autoridades sanitarias y políticas, para garantizar el tratamiento para todos los pacientes que lo necesiten”.
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